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Las manos le sudaban y el contenido en la mochila pesaba. Sus ojos se dirigieron hacia las gradas alejadas de él. Se maldijo a sí mismo cuando su mirada cayó sobre la de Harry, que rodeado de amigos lucía deslucido y pálido.

No había regresado a casa en toda la semana para evitarlo, diciéndole a Anne que tenía un proyecto importante que hacer con Zayn. No sabía para cuanto más daría la mentira antes de que tuviera que volver.

Ambos se miraron a través del campo, con miradas insistentes e indispuestas a desistir, al menos hasta que Niall observó cómo Harry se levantaba de su asiento y con sus manos, trataba de hacerse paso entre la gente enfurecida.

Su corazón golpeó su pecho y de inmediato se echó a andar más de prisa, tratando de no lucir apabullado.

Las instalaciones de la escuela East End se hacían cada vez más grandes ante sus ojos, echó una mirada sobre su hombro, encontrándose con Harry a lo lejos, tratando de seguirle el paso, pero había mucha gente transitando, muchos de ellos, aún acelerados por la espera del comienzo del primer tiempo.

Abrió la pesada puerta del edificio principal, encontrándose con los amplios pasillos oscurecidos y silenciosos, como en una película de terror.

Se dirigió a la única puerta por la cual parecía salir un poco de luz a través de la rendija. Eran los baños.

Fantástico. Pensó, metiéndose apresuradamente y poniéndose una mano sobre los ojos cuando la luz fluorescente le lastimó la vista.

Se descolgó la mochila rápidamente y la dejó sobre el lavabo,

Lo verás en el estacionamiento de profesores, nunca nadie va ahí durante los partidos. El tipo se llama McFly, le dicen así porque se carga un Delorean antiquísimo, lo reconocerás rápido.

La voz de Jo decía en su cabeza una y otra vez mientras sus manos temblorosas sacaban el paquete de la mochila , emplayado en una película de plástico se sentía pesado sobre su pequeña mano. La punta de sus dedos estaba roja y su palma demasiado pálida.

Pasó demasiado tiempo analizando el paquete, postergando lo que realmente tenía que hacer, que cuando lo empuñó con decisión, la puerta se abrió de golpe.

Niall se maldijo por haber olvidado cerrar la puerta cuando observó al Harry entrar al baño con imprudencia. Tragó saliva ríspidamente mientras el muchacho se acercaba a él con determinación, pero por cada paso que daba, su expresión se iba hundiendo un poco más.

—¿Qué es lo que llevas en la mano?

Niall se lo escondió detrás de la espalda, esperando que fuera menos evidente, pero Harry ya lo había notado en primera instancia.

—¿Ni siquiera un hola?

—Deja de hacerte el tonto —habló con severidad, y Niall casi se vio perturbado. Harry nunca le había hablado con tal hostilidad—. ¿Eso es lo que has estado haciendo tantos días fuera de casa? Mamá está preocupada y vas a decirme que has estado metiéndote en líos.

—No lo entiendes...

—Por supuesto que no lo entiendo. No necesitas el dinero, ¿vas a decirme que lo haces por placer? ¿Es por eso que te escapas en las noches? ¿Para poder hacer... esto?

—No es asunto tuyo —respondió austero.

Con rapidez cegadora, Niall volvió a guardarse el paquete en la mochila, evadiendo la mirada acusatoria de Harry.

—Por supuesto que es asunto mío.

—No lo es —exclamó Niall, mirándolo a los ojos por primera vez. Sus irises eran de un azul gélido y paralizante que te hacía retener el aliento—, no te importo realmente.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora