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—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Niall en cuanto Travis detuvo su auto en lo alto de una colina.

Estaban rodeados por bosque de coníferas, y en la orilla del peñasco, había un riel. Desde la cima, se podían ver las luces de la ciudad.

—Te dije que haríamos algo divertido —Zayn dejó un par de palmadas amistosas en su muslo.

Ambos habían acaparado la cabina trasera, mientras Jo y Travis ocupaban los asientos delanteros.

Niall podía ver a través del parabrisas una serie de autos aparcados frente al peñasco, con vista a la ciudad, todos dejando un espacio considerable entre ellos. Las luces estaban apagadas, y el silencio reinaba el lugar.

—No le veo lo divertido a sentarse en la oscuridad.

—Solo espera —habló Travis, mirándolo a través del retrovisor.

—¿La trajiste? —inquirió Jo.

Travis sacó de la consola entre los asientos, lo que parecía ser una sirena de policía portátil.

—¿Están listos?

Niall vio a Jo y a Zayn cubrirse los oídos de inmediato, dejando a Niall descolocado. Travis entonces le dio vuelta a la sirena y encendió el interruptor de la base. Entonces, la sirena comenzó a brillar dentro del auto y a despedir un sonido ensordecedor que hizo temblar sus tímpanos. Entonces se tapó los oídos también.

Miró a través del parabrisas. Los vehículos que hace un momento permanecían inmóviles a la orilla del peñasco encendieron sus luces. Cabezas brotaron de los asientos traseros y delanteros, y en un pestañear, lo autos se encontraban enfilándose de regreso al camino, marchando con velocidad.

Niall observó todo confundido mientras el resto se echaba a reír.

Zayn se volvió a verlo con ojos lagrimosos, poniendo su mano sobre el hombro de Niall solo para estabilizar su cuerpo, que se iba de lado por el dolor abdominal que le causaban sus carcajadas.

—¿Qué acaba de pasar?

Zaun se limpió las lágrimas que brotaban de las esquinas de sus ojos con su pulgar. Se tomó un momento para retomar aliento, y respondió.

—Este día los adolescentes calientes siempre traen aquí a sus citas para tener relaciones en sus autos. Siempre venimos este día por aquí con una sirena policíaca y les damos un buen susto.

—¿Este día? —Niall arrugó el entrecejo.

—Ya sabes, día de los enamorados y esa mierda cursi. Citas y sexo por todas partes...

—Citas. Mierda. Tengo que regresar.

—¿Por qué? Después iremos a la fiesta que el equipo de futbol organiza cada año, ¿no quieres venir? —preguntó Travis, mirándolo por el espejo.

—No —Niall agitó su cabeza—, tengo que regresar.

—Tú te lo pierdes.

Travis encendió su auto una vez más, y marchó de regreso a la ciudad.

• • •

—Harry, creo que ya has tomado suficiente por hoy —Merry intentó detenerlo, poniendo su mano sobre la boca del vaso que Harry intentaba empinarse.

—Dijiste que me cuidarías hasta que tuviera sesos de pudín —balbuceó Harry, tambaleándose.

—Creo que no dije eso...

—Déjame —Harry arrancó su mano del agarre de Merry—, quiero divertirme. Pude haber estado aquí mucho antes, ¿sabes? Si hubiera sabido que me dejarían plantado.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora