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—¡Anda ya! —exclamó Zayn, atiborrándose de palomitas mientras su escandalosa risa lo empujaba hacia atrás.

Desde su futón en el suelo, Niall podía ver como su garganta su movía de arriba abajo.

—Deja de reírte.

—Es qué... —se inclinó sobre el suelo para recoger su bebida, dándole un par de sorbos para pasarse las palomitas y calmar sus carcajadas— ¡me estás matando! No te lo puedo creer. ¿Sabes de cuántas maneras podría extorsionarlo?

—Pero no lo harás —advirtió Niall con severidad en los ojos—, porque no puedes decirle a nadie sobre eso.

—¡Oh vamos! Tienes a el Harry Styles rendido a tus pies ¿y no quieres aprovecharlo?

—No tengo a nadie rendido a mis pies.

—Por favor...

—Conozco a los de su tipo, y con los que anda.

La sonrisa se borró del rostro de Zayn, y de repente, comenzó a mirarlo con interés. Se incorporó un poco en la cama, con la pierna flexionada y su brazo descansando sobre su rodilla.

—Continúa.

Niall se aguantó un suspiro, dejándose caer sobre el futón. Su mano yacía sobre su vientre descubierto mientras miraba perdidamente el techo raso.

—Soy como un capricho, se le va a pasar.

—¿Por qué estás tan seguro?

—Piénsalo —exclamó Niall—. Ha sido así desde que llegué, ni siquiera hablamos, no me conoce. Solo le gusto porque piensa que soy atractivo.

—Bonito, diría yo. Atractivo es una palabra con mucha testosterona para un quinceañero como tú.

Niall lo miró con desprecio, pero aquellos ojos fríos no le causaron a Zayn nada más que una risa melodiosa.

—Ya, ya. Sigue.

—Conoces a sus amigos mejor que yo, los has visto por más tiempo. Solo se le acercan porque es atractivo, popular, incluso. A nadie le interesa cómo es Harry...

—¿Y a ti sí? —interfirió Zayn, con una ceja arqueada.

—No seas estúpido, por supuesto que no —dijo de inmediato, mientras sus ojos revoloteaban inquietos por el techo—. Sé cómo son los de su clase. En un par de meses se olvidará de mí, cuando vea que no cedo.

—Si es que no cedes.

—No cederé —Niall se incorporó de golpe, tenía las marcas de las sábanas estampadas en la espalda.

—Yo no estaría tan seguro de ello —canturreó Zayn, mientras miraba atentamente como Niall se ponía de pie.

—Cierra la boca. Me voy, si Anne llama dile que estoy en el baño.

—¿Por fin vas a decirme a dónde vas? —inquirió Zayn, aunque en su tono de voz Niall supo que realmente no le importaba.

—No. Nos vemos mañana.

—¡Hasta luego! —gritó su amigo desde su habitación, mientras el escalaba por la ventana, fuera de la casa.

• • •

El rumor que recibió a Niall al día siguiente en la escuela le retorcía el estómago. Todos estaban hablando del partido del viernes. Era el primero de la temporada y el equipo escolar sería visitante. El furor rebosaba en los pasillos concurridos mientras Niall se distanciaba de su alrededor con las manos escondidas dentro de sus bolsillos, la capucha de la sudadera encubriendo su rostro y los audífonos aislándolo de la molesta farfulla.