Si Harry hubiera sabido todo lo que una simple tina de agua causaría en Niall, lo hubiera obligado a bañarse hace mucho tiempo.
Esa misma noche, después de secar sus lágrimas y salir de la tina con una expresión decaída, Harry lo había ayudado a vestirse. Le había secado y cepillado el cabello, lo había arropado bajo su edredón y le había llevado la cena a la cama como a un niño pequeño. Lucía drenado y sin ánimos ni energía.
Harry pensó en darle su espacio por la noche, pero cuando quiso regresar su cama a su lugar, Niall lo había atrapado por la manga de su camiseta, empuñando la tela entre sus manos con fuerza.
—¿Puedes dormir conmigo esta noche? —le preguntó en voz baja, con el rostro escondido entre las sábanas y con solo sus ojos a la vista.
Harry tuvo que morderse el labio para evitar sonreír descaradamente frente a él. En cambio, arregló su cama y se acomodó junto a Niall, reteniendo el aliento en su pecho cuando sintió al contrario acurrucarse en su pecho, con su brazo cruzando su abdomen y una de sus piernas enrollada alrededor de sus caderas, como un koala aferrado a un árbol.
—¿Qué te ocurre? —le preguntó Harry, jugueteando con el cabello húmedo de Niall. Eso no era nada típico de él.
—Tengo frío —lo escuchó murmurar contra su pecho, con sus ojos cerrándose de cansancio.
Poco tiempo después, Niall quedó profundamente dormido, y Harry le siguió poco después.
Creyó que todo era producto de su imaginación, y que Niall despertaría con su misma actitud frívola y distante al día siguiente, pero se mostró aterrorizado cuando nada de eso ocurrió.
Niall apenas pudo separarse de él durante toda la mañana. Cuando subieron al auto de Harry, envió a Merry al asiento trasero por primera vez.
—¡Pero yo siempre voy adelante! —se quejó ella cuando salió de la casa, solo para encontrarse a Niall jugueteando con sus audífonos en el asiento del copiloto. —¡Harry!
Harry se encogió de hombros y miró a Merry con una sonrisa lastimera.
—No hay nada que yo pueda hacer.
—¡Es tu auto! —exclamó ella.
—Me corrijo. No hay nada que yo quiera hacer.
Ella bufó, rodando los ojos, y de mala gana se montó en la cabina trasera del auto, en donde Max la mirada sonriente.
—No te preocupes, te gustará más compartir el viaje conmigo —le dijo—. Mira, encontré una araña en la entrada...
—¡Harry por favor déjame regresar!
Pero Harry solo se rio, negó con la cabeza y encendió el motor.
Los sucesos extraños no terminaron ahí. Al llegar a la escuela Niall se prendió de su brazo y no lo soltó hasta que tuvo que usar las dos manos para abrir su casillero, aun así, cuando tuvo todo lo que necesitaba a la mano, tomó el brazo de Harry de nuevo y caminó lo más pegado a él posible. Podía sentir el calor de Niall por su costado. No se quejó, por supuesto, mantuvo una sonrisa autosuficiente durante todo el día que nadie falló en notar.
—¿Por qué sonríes así? —Louis le preguntó en clase de física. —Pareces el maldito Joker.
Pero Harry no respondió, y no escuchó ni una sola palabra que salió de la boca de sus maestros ese día.
Para la hora del almuerzo Harry ya traía encima un aura luminosa que atraía la atención de todos. No era difícil darse cuenta que venía de buen humor, pero nadie sabía el motivo realmente.

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foster; ns
Fiksi PenggemarNiall, un huérfano de quince años, ha tenido al menos doce familias adoptivas. Reaceo a aceptar un nuevo hogar, Niall se había escapado de todas y cada una de ellas. Entonces, ¿qué lo orilló a quedarse cuando fue colocado en casa de los Twist?