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Cuando Niall se enteró de la fiesta de Harry, supo de inmediato que debía aprovecharse de la situación. Anne estaba demasiado emocionada como para notar que Niall había regresado a primera base. Había estado muy silencioso, más de lo usual, y él único que pareció percatarse de ello, fue Harry.

El día de la fiesta, cuando todo estaba arreglado y el ruidoso amigo de Harry ya se encontraba escaleras abajo, Niall decidió que esperaría en su habitación a que todo comenzara. Detestaría tener que lidiar con los sobrados invitados.

—Volveremos mañana por la mañana. Por favor, no destruyan la casa —bromeó Anne, pero Harry percibió un rastro de verdadera súplica en su voz.

—No lo haremos señora Styles, que tenga una linda noche —respondió Louis educadamente, con una sonrisa que le puso a Harry los pelos de punta.

—Mamá, quiero ir al baño —escucharon a Wylla discretamente decir desde el pórtico, tirando del vestido de Anne.

—Irás cuando lleguemos a casa de la tía Mery —la mujer se volvió hacia sus hijos y sus amigos—. Compórtense y diviértanse.

—Lo haremos señora Twist.

Louis agitó su mano a manera de despedida. Liam hizo lo mismo, pero con más discreción.

Cuando la puerta se cerró, Louis juntó sus manos y aplaudió sonoramente. Se giró sobre sus talones hasta enfrentar a sus amigos, que sentados en el sofá se miraron mutuamente con extrañeza para luego, devolverle la mirada a Louis. El contrario sonreía de oreja a oreja.

—Comencemos con esta fiesta animal.

• • •

Eran las ocho de la noche cuando Niall comenzó a escuchar bullicio en la planta baja. Estaba escribiendo algo en su libreta mientras escuchaba música a todo volumen, y, sin embargo, era capaz de escuchar el escándalo que se formaba escaleras abajo.

Habían puesto música vulgar y cursi, y después de un rato, a Niall se le imposibilitó continuar escuchando las suaves melodías de sus audífonos, por lo que los arrancó de sus orejas con frustración.

Se levantó de la cama y escondió su libreta debajo del colchón. Tomó una mochila vieja y desgarrada, metiendo un par de cosas dentro cuando de repente, la puerta se abrió.

Harry entró en la habitación, y la música se coló al cuarto tan solo por un segundo, desvaneciéndose tan pronto como el castaño cerró la puerta detrás de él. Estaba riéndose para sí mismo, como si alguien le hubiera dicho algo muy gracioso antes de entrar. Lucía chispeante y un poco mareado, pero supo disimularlo bien cuando vio a Niall.

Su sonrisa se borró de su rostro cuando se percató de la mochila vieja que sostenía.

—¿Vas a algún lado? —preguntó Harry.

—No me gustan las fiestas.

—Eso no responde mi pregunta —insistió, sin embargo, no sonó demandante.

Niall se encogió de hombros y arrojó la maleta al piso desganadamente.

—Voy a quedarme en casa de Zayn —inventó una mentira rápida, sin siquiera pestañear.

—No tienes que irte, puedo decirles que no suban a molestarte...

—Aun así, la música no me dejará dormir. —Harry no alegó contra eso—. Será mejor que me vaya antes de que se haga más tarde.

Tomó su mochila de nuevo y comenzó a guardar algo de ropa dentro, solo para engañar a Harry.

—Puedo decirle a Merry que te lleve...

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora