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Niall se apartó de la boca de Harry solo para respirar y mascullar contra sus labios:

—¿Sigues molesto?

Luego, volvió a besarlo, con las piernas colgado a cada lado de la cadera de Harry, con los brazos descansando sobre sus amplios hombros, enrollándose en su cuello. Podía sentir las firmes manos sosteniéndolo por la cintura, mientras el laboratorio vacío se tornaba caluroso.

—Sí —se separó Harry, para continuar besándolo después.

—¿Seguro?

—No.

Niall sonrió un poquito a la mitad del beso, sintiendo bajo su lengua el corte cicatrizado que la pelea con Zayn había dejado a su paso.

Moviendo su mano hasta el cuello de Harry, sintió la afilada mandíbula debajo de su pulgar. Su piel era suave y caliente al tacto, y su aroma almizclado se filtraba por su nariz hasta su pecho. Cuando estaba cerca de él le gustaba respirar profundamente para retener su olor.

Podía sentir cada músculo bajo sus manos, tuvo que enrollar sus piernas alrededor de sus caderas para retenerlo cuando lentamente lo sintió separarse. Tenía el rostro rojo y el cabello despenado, como un nido, sus labios rojos también brillaban y el rubor en sus mejillas era más evidente que nunca. Si salía luciendo así del laboratorio los demás no podrían hacer otra cosa más que adivinar lo que estuvieron haciendo a dentro.

Niall solo podía comenzar a imaginarse cómo lucía él.

Sentado en una mesa de laboratorio Niall se tomó un momento para mirar a Harry, con su cabello desordenado cayendo sobre su frente aperlada, y sus ojos verdes albergando una especia de sentimiento que Niall no supo descifrar. Se preguntó si sus ojos se verían iguales.

—¿No quieres ir almorzar? —susurró muy cerca de su cara, mirando fijamente sus labios.

—No tengo hambre —dijo—, y creo que tú tampoco.

Harry negó ávidamente con la cabeza, y su sonrisa se hizo más grande. No esperó ni un segundo para besarlo de nuevo, esta vez, con más fuerza, lo suficiente como para obligarlo a reclinarse hacia atrás. Pudo sentir los labios suaves y húmedos de Harry comenzar a deslizarse por su mandíbula, hasta detenerse en su cuello.

Niall enredó sus dedos entre los rizos más cortos en su nuca, atrayéndolo aún más cerca. Pudo sentir un cosquilleó que comenzó desde la base de su cuello, recorriendo todo su cuerpo hasta aterrizar en su estómago. De repente sintió su entrepierna palpitar de nuevo.

—Harry —Niall se removió incómodo.

—Solo ignóralo —masculló contra su piel.

—No puedo, es incómodo.

Harry se separó tan solo un poco de él, abrazándolo más fuerte por la cintura.

—Entonces, cuando lleguemos a casa...

—¡Aquí estás! —escucharon una voz aguda en la puerta del laboratorio.

Niall saltó en su lugar, empujando a Harry lejos de él. Amanda estaba cerrando la puerta e inmiscuyéndose en la habitación.

—Te he estado buscando por todas partes.

—No cerraste la puerta —regañó a Harry.

—Lo siento.

— Admito que tenía miedo de entrar aquí y encontrarlos haciendo algo peor.

—¿No deberías estar almorzando? —pregunt

—¿Y quedarme sola con Cassie y Louis? No gracias —dijo Amanda.

—¿Por qué pensaste que nos encontrarías haciendo algo peor? —inquirió Niall.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora