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—Pst. Harry.

Escuchó a los lejos una voz acallada que sonaba como un arrullo, su mejilla cosquilleaba y sentía calor en su cara. Harry se acurrucó más en el sofá, sin poder ocultar la sonrisa bobalicona que le apareció en el rostro.

—Harry, despiértate —lo escuchó murmurar una vez más.

Era extraño, se sentía atrapado entre un sueño y la realidad, y Harry no podía distinguir muy bien que era. Pero de repente, un fuerte tirón en su pelo le hizo darse cuenta de que no estaba soñando.

—¡Auch! —Harry se levantó de repente en el sofá, encontrándose con el rostro impasible de Niall demasiado cerca del suyo, haciéndolo sonrojar.

—Silencio —dijo Niall entre susurros.

—¿Qué hora es? —cuestionó Harry, parpadeando para ahuyentar la tenue luz que se colaba por las cortinas de la abuela. Podía ver que ya había amanecido, pero la mañana aun no era lo suficientemente brillante. Seis de la mañana, tal vez— ¿Qué haces despierto?

Se incorporó un poco más en el sofá, provocando que Niall retrocediera un poco para evitar tanta cercanía. No respondió, y por un momento, Harry se sintió cohibido ante su intensa mirada, no sabía si tenía el cabello muy desordenado, o los ojos legañosos, o quizá mal aliento, pero a pesar de ello, Niall permanecía cerca y en silencio.

No dijo nada, en cambio, levantó un poco la camiseta de su pijama. Harry retuvo el aliento.

Del cinto de sus pantalones de franela, sacó un gorro, no lucía tan viejo y desgastado como los demás, era color negro. Niall lo dejó sobre su vientre, como si estuviera devolviéndolo, pero Harry no entendía el porqué de sus acciones.

—¿Qué es esto? —preguntó, tomando el gorro por sí mismo e inspeccionándolo.

—Un gorro.

—Eso lo veo, pero ¿por qué?

Niall se encogió de hombros.

—Dijiste que querías uno aquel día en la escuela, ya sabes, probar un nuevo estilo.

Harry luchó contra la sonrisa que forzosamente quería aparecer en su rostro, si no dejaba de sonreír como tonto cada vez que Niall hacía la más pequeña de las cosas, sus mejillas comenzarían a dolerle, pero no pudo evitarlo. Eventualmente, sonrió para sí mismo.

Se puso el gorro sobre la cabeza, sintiendo sus rizos ser aplastados mientras su frente se tornaba repentinamente caliente. Podía sentir las puntas de su cabello rozarle las pestañas debido a su largo, si no tenía cuidado, terminaría hurgándose el ojo.

—¿Y? —dijo Harry— ¿cómo se ve?

Visualizó la sombra de una sonrisa en los labios de Niall, que desapareció tan pronto como llegó.

—Mejor que a mí.

Riéndose, Harry negó con la cabeza.

—Eso es algo que me parece imposible, pero aceptaré el cumplido —Harry se acomodó de nuevo entre las sábanas, sin despegar la mirada de Niall—. ¿Es uno tuyo?

Niall asintió.

—Era.

—¿Estás dándomelo?

—Supongo. No te di ningún regalo, y tú me diste tu vieja guitarra.

Harry agitó la mano, restándole importancia.

—¿Esa cosa vieja? No es nada. Hace años que no la toco, tú le darás un mejor uso.

—Si es que logro aprender —dijo Niall, cruzando sus brazos sobre el filo del sofá y recargando su barbilla sobre ellos.

—Podrás —Harry le seguró.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora