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—El olor en la casa... basta... ba para der... deter... determinar que la causa de muerte habían sido las... manae... mena...

—Emanaciones del cianuro. Lo hacías perfecto, ¿ves? —Harry señaló con el dedo el párrafo que Niall leía— Solo te confundes un poco con las palabras largas. Podemos practicar eso mañana.

—¿Sigo...

—Sí, sí.

Niall se aclaró la garganta y sus dedos se aferraron a la pasta del libro.

—Del cianuro activado en la cubeta por algún ácido de fotografía —leyó Niall lentamente, su lengua se movía con cuidado mientras sus ojos ni siquiera pestañaban al moverse a través de la página. Sonaba como un niño pequeño aprendiendo a leer. — Y Jermi... Jemr... Jeremiah de Sant.. Saint-armo... amour... sabía mucho de eso para no hacerlo por acsi... accidente. Ante una retr... reten... retia... carajo.

—Reticencia. Tranquilo, solo tómate tu tiempo. Pronto te acostumbrarás.

—No, no voy a acostumbrarme. He pasado siete años tratando de acostumbrarme y aún sueno como un estúpido retrasado cada vez que abro la boca.

—Si te molestas solo será más difícil —Harry se mantuvo calmado.

—¡¿Por qué no puedo hacer nada?! —Con fuerza furiosa, Niall arrojó el libró contra las puertas del armario, dejando caer su rostro escondido entre sus manos y cabello.

—Niall, no llores —dijo bajito, sin saber que más hacer además de abrazar su delgado cuerpo y someterlo contra su pecho.

—No estoy llorando, idiota —le respondió Niall con un sollozo al final.

—Okay, bien. Podemos dejar literatura por hoy —suspiró Harry, acariciando su cabello. Escuchó a Niall sorberse la nariz aún con el rostro escondido—. ¿Quieres seguir con cálculo?

Niall se encogió de hombros entre los brazos de Harry, sin los ánimos de abrir la boca para responderle.

—Te traeré algo de agua y luego podemos comenzar —anunció Harry, dejando un beso casto en la coronilla de Niall antes de levantarse de la cama.

Niall cayó sobre el somier lánguidamente, como un cuerpo sin vida, mientras Harry abandonaba la habitación con una risa pequeña.

Su madre estaba en la cocina, ocupándose de la cena. Notó la presencia de su hijo, pero no se volvió a mirarlo.

—¿Cómo van tus lecciones con Niall?

—Bien —respondió con entusiasmo, buscando un vaso entre los gabinetes.

—¿Se están llevando bien?

—Sip.

Anne le echó una mirada de reojo. Harry estaba sirviendo agua de la nevera en el vaso que había conseguido, tarareando una canción.

—Harry —musitó su nombre, indecisa.

Harry levantó la cabeza para mirarla.

—Stella acaba de llamar. —Revolvió un poco la sopa entre la cacerola. — Dijo que hay unas personas que quieren ver a Niall... vendrán este fin de semana a casa para conocerlo mejor.

—¿Conocerlo mejor? —Harry frunció el ceño, dejando el vaso de agua de lado. —¿Conocerlo mejor para qué?

Anne se relamió los labios. No estaba preparada aún para ver a su hijo a la cara.

—Es una pareja. Están interesados en Niall.

• • •

—Niall Horan, ¿cierto? —Niall asintió con la cabeza, rehusándose a mirar a la psicóloga a los ojos. —Tu expediente dice que te han enviado aquí por conducta inapropiada y problemas de ira.