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Harry se sintió casi aliviado cuando logró ver a Niall al día siguiente luciendo igual que siempre. Parecía no haber ningún cambio en él, y eso era bueno.

Pensó en ir a saludarlo, quizá robarle un beso antes de que pudiera protestar, pero la campana sonó de repente.

El grupo en el que Harry estaba envuelto se disolvió, a excepción de Louis, Cassie y Amanda, quienes se dirigieron junto a él al salón de literatura.

Pensó que vería a Niall adentro, pero cuando el profesor Sawyer entró al salón de clases y comenzó con la lección del día sin siquiera plantearse que uno de sus alumnos aún no había llegado, Harry comenzó a desesperarse.

—Pst —siseó Harry en el oído de Louis, quien intentaba hacer una torre de lápices sobre su escritorio.

—Ocupado —respondió su amigo, sacando la punta de su lengua en señal de concentración.

—¿Sabes dónde está Niall?

Louis negó con la cabeza, poniendo el último de sus lápices en la punta de su torre. Sonrió para ella, orgulloso. Parecía estar ignorando la preocupación de Harry, hasta que lo vio inclinarse sobre el pupitre que estaba frente a él y susurrar en el oído de Amanda.

—Oye, cacatúa. Tú lo sabes todo ¿no? ¿Dónde está Niall?

Amanda le envió una mirada desdeñosa sobre su hombro, antes de girar la mitad de su cuerpo hacia atrás. Tenía una mano sobre su escritorio y la otra sobre el respaldo de su silla.

—Lo enviaron con un maestro especial porque es tonto y no puede leer. Llámame cacatúa una vez más y le enviaré las fotos de tu pene que le mandaste a Aubrey —dijo Amanda, levantando su dedo meñique para remedar el pene de Louis.

—¡¿De dónde sacaste eso?! —exclamó Louis entre susurros, hasta que escucharon un golpe seco provenir del frente de la clase.

—Tomlinson, será mejor que corte su conversación y comience a prestar atención si no quiere reprobar esta clase por segunda vez.

El resto de la clase rio, y Louis escondió su rostro entre sus brazos cruzados sobre el pupitre, avergonzado. Pero Harry estaba demasiado concentrado en la desilusión que sentía por saber que no tendría a Niall en su clase de nuevo.

• • •

Niall estaba tan cansado que ni siquiera sabía cómo sus piernas conseguían mantenerlo en pie todavía. Se había perdido de regreso a casa de los Mann después de escaparse y cuándo por fin encontró el camino de regreso, ya era hora de levantarse. Ahora, que había permanecido despierto por al menos treinta horas, podía sentir que sus ojos se caerían de sus cuencas en cualquier momento.

Salió del tranquilo salón de taller hacia el ruidoso corredor. El rumor que asaltaba sus oídos estaba volviéndolo loco y sentía que su cabeza estaba por explotar. Sus sienes punzaban y sus párpados dolían.

Creyó que sería pertinente dirigirse a la biblioteca, apropiarse de un rincón en el suelo alfombrado, y echarse una siesta ahí, pero al parecer, Harry tenía planes diferentes para ambos.

Lo atacó por la espalda, colgando su brazo sobre sus hombros y dejando un beso sobre su cabello discretamente.

—Hoy comerás conmigo y con mis amigos —afirmó con una sonrisa tan deslumbrante que solo le causó a Niall más dolor de cabeza.

—Biblioteca —logró murmurar.

—No, no harás tarea hoy. Estarás conmigo, lo prometiste ¿recuerdas?

Niall gruñó, pero no tenía fuerzas para resistirse a Harry como normalmente lo haría.

Ambos atravesaron las puertas del comedor, y el barrullo adentro hizo estallar los tímpanos palpitantes de Niall.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora