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—¡Miren eso! —una viejecita, que esperaba en el pórtico de la casa de madera, exclamó apenas la van aparcó frente al portal del terreno.

Wyllah fue la primera en bajar de la van, dando un salto entusiasta mientras su falda ondulaba al son del viento. La viejecita se agachó para recibirla en sus brazos. Un señor, que solo tenía pelo canoso alrededor de la cabeza, y unas gafas pequeñas de marco delgado sobre su nariz aguileña, los saludó con la mano.

Eran los abuelos. Supuso.

Niall se quedó junto a Robín, encargándose de las maletas, mientras el resto corría a saludar a los abuelos. Era la rutina de todos los años, y la única variante era él, se sentía tan fuera de lugar como podía sentirse.

—¡Oh! ¿Es él? —la mujer le preguntó a Anne al oído nada discretamente en cuanto vieron a Niall acercarse con dos maletas.

—Sí. Niall, ven un momento ¿quieres?

Él dejó las maletas en el primer escalón del portal y se acercó a ambas. Por la puerta podía ver a Harry hablando con su abuelo, el hombre tenía una mano sobre su hombro mientras ambos charlaban animosamente.

—Él es Niall —Anne le dio un empujoncito a Niall por la espalda baja—. Niall, ella es la abuela Elizabeth.

—Puedes decirme abuela Ellie —ella extendió la mano hacia él. Niall la tomó con suavidad, sintiendo lo pequeñita y suave que era. Olía a avena.

—Yo ayudaré a Robín a desempacar ¿sí? Tu puedes ir a conocer la casa.

Anne se fue, y la abuela tomó a Niall por uno de sus flacuchos brazos. Él le siguió sus lentos pasos a través de la casa, con su cabello canoso y rizado. Era muy bajita, mucho más que Niall; se sorprendió de lo pequeña y delicada que lucía, no recordaba cuando fue la última vez que tuvo a un anciano así de cerca.

—¡Bobby! —gritó ella, y el corazón de Niall se detuvo— Ven a conocer a Niall.

El anciano se alejó de Harry sonriente, acercándose a su esposa para tenderle la mano a Niall.

—Hola muchacho. Soy Bob, puedes llamarme Bobby, todos lo hacen.

Pero Niall no tomó su mano, estaba demasiado ocupado contando las pecas en el dorso, adornada con una delgada cadena de oro con el dije de una cruz. Estaba demasiado inmerso en sus pensamientos.

—Niall —escuchó la voz de Harry retumbar en su cabeza, pero él solo era capaz de escuchar el mismo nombre que hacía eco en su cabeza.

Bobby, Bobby, Bobby.

—¿Ni? —Harry agitó una mano frente a los ojos perdidos de Niall. Él parpadeó un par de veces, saliendo de su trance— ¿Estás bien?

Asintió, sacudiendo su cabeza violentamente, esperando que eso sacudiera también sus pensamientos.

—Lo lamento —tomó la mano del hombre, que ya comenzaba a mirarlo con preocupación.

—Es un encanto por fin conocerte. Mi hija ha estado emocionada desde que servicios sociales dijo que le asignarían a otro.

—¡Bobby! —Elli exclamó— No hables de esas cosas frente a los niños, puede ser delicado.

—¿Delicado? Por favor mujer. ¿Qué tiene de delicado?

Ella bufó, y Harry se carcajeó de la pequeña discusión de sus abuelos.

—Dulzura, ¿por qué no le muestras a Niall la casa? Después pueden ir a pasear por la playa —dijo Elizabeth, soltando por fin el brazo de Niall, no sin antes dejar unas palmaditas sobre él.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora