Cuando el sol comenzó a asomarse detrás de los edificios departamentales, fue justo cuando Niall perdió la esperanza de encontrar el lugar. Sus pies le dolían, no tenía techo y la noche estaba muy fría. Pensaba que haberse traído el par de zapatos más desgastado que tenía no había sido buena idea.
Arrugó el mapa que tenía entre las manos y se sentó sobre el piso de moqueta vieja, rasgada y manchada. Las luces de halógeno titilaron sobre su cabeza. Estaba cansado y sin lugar a dónde ir. No podía regresar ahora con los Twist ¿o sí?
—Una mierda —arrojó el mapa hecho una bola a una esquina del pasillo con olor a humedad.
Addison le había visto la cara, eso era exactamente lo que había pasado. Era su culpa, completamente, como pudo haber confiado en que la loca lo ayudaría a largarse.
Pero se veía tan segura mientras hablaba, que Niall no pudo evitar más que tragarse todo lo que salía de su boca.
—Si dices que la calle tenía un número, solo puede ser una horizontal. —dijo ella, señalando todas las calles horizontales. —Las calles verticales, todas tienen nombres.
Niall giró la cabeza, observando como ella tomaba un compás y ponía la punta justo sobre el parque de patinaje.
—Bien, entonces la caminata hacia el parque de patinaje eran al menos diez minutos, podemos descartar aquellos que están más cerca del tiempo de caminata a pie o considerablemente más lejos—ella trazó un circulo perfecto alrededor del parque—. Además, si por la ventana de tu habitación podías ver la copa de los árboles, quiere decir que estabas cerca de la zona verde, y el piso en el cual vivías era lo suficientemente alto para alcanzar a verlas, por lo que el departamento debe estar en uno de estos edificios, entre el piso tres y el piso cinco. Solo tendrías que tocar en unas treinta o cuarenta puertas.
Ella se echó sobre su silla, que rechinó sobre su peso. Lucía una sonrisa orgullosa, como si Niall no hubiera descubierto todas sus artimañas media hora antes.
Niall no supo cómo pudo ser tan idiota para confiar en ella. Había tocado puerta tras puerta, despertando a vecinos furiosos. Uno incluso casi le había disparado, y aun así, no encontraba la puerta que tanto buscaba.
Dejó caer su cabeza sobre la pared de yeso, rendido, y miró el cielorraso. Entones pensó en Harry. Pensó en la cara que había puesto cuando Niall le dijo que debían terminar su relación. Pensó en lo desesperada y temblorosa que se escuchaba su voz cuando le pidió una explicación. Casi podía volver a ver sus lágrimas deslizarse por su mejilla.
Casi se sintió mal por él, sino fuera por la rabia que lo consumió al pensar lo que todo lo que le había ocultado. No solo había decidido mentirle sobre la hermana de Zayn, sino también sobre la dirección que su vida estaba tomando.
Al principio, Niall no creyó ni una sola de las palabras que salió de la boca de Addison. No creía a Harry capaz de abandonarlo para irse volando al otro lado del mundo, no después de todo lo que le había dicho.
De todas las personas, Niall por fin comenzaba a creer que Harry sería la única que no lo abandonaría. Dejó atrás todas sus inseguridades y cuestionamientos por él, solo para terminar decepcionado, descubriendo que, como todos, él se marcharía también. ¿Qué sentido tenía quedarse en esa familia si Harry no estaba en ella?
—¿Qué quieres a cambio? —Niall le había preguntado a Addison.
Ella bajó la mirada, jugando nerviosamente con las mangas de su suéter, apenada. Después de todo lo que había dicho, Niall no podía entender cómo podía seguir sintiendo vergüenza.
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foster; ns
FanfictionNiall, un huérfano de quince años, ha tenido al menos doce familias adoptivas. Reaceo a aceptar un nuevo hogar, Niall se había escapado de todas y cada una de ellas. Entonces, ¿qué lo orilló a quedarse cuando fue colocado en casa de los Twist?