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—¡Styles! —el entrenador gritó en su dirección, y con el rosto enrojecido se deshizo de sus guantes— ¿Qué te ocurre hoy? ¡Estás en la luna!

—Lo lamento entrenador, no volverá a ocurrir.

—Por supuesto que no. Toma tus cosas, es todo por hoy —dijo, antes de comenzar a deslizarse lejos de él.

—¿Disculpe?

—Claramente tienes algo en la cabeza y no serás capaz de concentrarte el resto del entrenamiento. ¿Peleaste con tu novia? ¡Bah! Yo que sé, no me importa, puedes tomarte el día, pero te veré el miércoles antes que nadie.

Al parecer las apelaciones estaban fuera de discusión. Finalmente, el entrenador se alejó de él patinando, dejando a Harry de pie a mitad de la pista con palo en mano.

—¿Qué te ocurre hoy? —preguntó Jonathan, acercándose cautelosamente.

—No es nada, solo quiero llegar a casa.

—¿Para qué?

—Nada importante, es solo que... —Jonathan arqueó ambas cejas, esperando por la contestación de Harry— tengo un hermano nuevo, ya sabes.

—¿Y eso qué?

—No lo sé. —Harry se rascó la nuca, intentando hallar las palabras correctas, mientras Jonathan patinaba a su lado de camino a la portezuela de la pista— Es algo raro.

—¿Raro? ¿Raro en le gusta ver pornografía animada y jugar juegos de rol toda la noche raro?

Harry soltó una carcajada, dejándose caer en las bancas.

—No, para nada, es bastante normal en ese sentido. Es solo que, nunca habla, lo digo en serio, ni siquiera sé cómo suena su voz. He estado tratando incansablemente de incluirlo y hacerlo sentir bienvenido, incluso lo invité a comer conmigo en el almuerzo...

—Wow.

—Lo sé.

—¿Y cuál es el problema?

—¡Que parece no interesarle! —exclamó Harry una vez se libró de su casco. Se agachó sobre sus piernas, intentando quitarse los patines— Simplemente... creo que no quiere tener nada que ver con nosotros. Es como si esperara el momento justo para cumplir los veintiuno y largarse.

—¿Y eso que más da? —Jonathan se encogió de hombros— Ni siquiera conoces al tipo. Si él es indiferente contigo, se indiferente con él, así pueden pasar su estadía simplemente ignorándose.

—Pero no quiero eso, no quiero sentir que vivo con un extraño ¿comprendes? Tal vez no entiendas porque tienes una familia, pero esos niños en mi casa no saben lo que es eso —Harry suspiró, dejando caer su cabeza hacia adelante—. Si podemos darles lo que se les ha arrebatado ¿no crees que deberíamos hacerlo?

Jonathan le regaló una sonrisa confortante, frotando a espada de Harry con la mano enguantada.

—Entiendo, pero si él no quiere eso entonces no hay nada más que hacer. No puedes ser la familia de todos.

—Supongo —respondió desairado.

—¿Crees que haya algún motivo por el cual no le interese? Tal vez sus padres murieron cuándo el era lo suficientemente mayor y aun los recuerde.

—No lo sé.

—Entonces deberías preguntarle.

Harry bufó, negando con la cabeza.

—Ni siquiera me dirige la palabra. A nadie, en realidad. 

—Entonces estás en un predicamento Hazz —Jonathan puso una mueca, para finalmente levantarse de la banca—. Seguiré con el entrenamiento, te veo el miércoles y me cuentas como van las cosas con tu hermanito.

foster; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora