Capitulo 24

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Mi teléfono sonaba haciéndome despertar repentinamente. Puse una de mis manos en mi frente; ya que me dolía horrores la cabeza, y con la otra mano busqué el teléfono hasta que di con él. Descolgué, aún con la mano en la frente y lo acerqué a mi oreja.

- ¿Quién eres a estas horas? - mi voz sonó angustiada, ya que había mirado el reloj y marcaba las 6 de la mañana.

- Cariño, esos no son modales. - la otra persona rió. Supe, en el momento, que era mi madre. Últimamente me llamaba mucho, empezaba a preocuparme.

Me incorporé en la cama y bostecé antes de hablar.

- ¿Ha pasado algo, mamá? Nunca me habías llamado tantos días seguidos.

- No, mi amor, es solo que te quería avisar de una cosa.

- ¿Y no podías mandarme un mensaje? ¡Mamá! Por dios, son las seis de la mañana. - me tapé los ojos y dejé escapar un quejido. Al parecer, a ella le hacia gracia, ya que rió. - No tiene gracia, madre.

- Ya, Bel; lo siento. Había olvidado tu mal humor por las mañanas.

- Tengo mal humor, cuando me despiertan sin razón alguna tan temprano. ¿Podrías decirme a qué se debe tu llamada?

- Está bien. Recuerdas que te había dicho que tus tíos vendrían a visitarnos, ¿verdad? - ajam. conteste. - Pues, como no te había dicho quiénes venían, pues te lo diré ahora ya que me corre prisa.

- Mamá, al grano por favor.

- Tus tíos Adam y Lauren son los que vienen, vendrán también con sus hijos, no sé si te acuerdas de ellos: Sam y Emily.

- Claro que los recuerdo. Pero, ¿eso qué tiene que ver conmigo? - pregunté ansiosa, mi madre suele dar mucho rodeos a las cosas.

-bueno bel., ustedes.. tienen alguna habitación libre, ¿verdad? - ante esa pregunta, abrí mucho los ojos de golpe.

- Mamá, ¿qué has hecho?

- Perdón hija pero es que, como Sam y Emily no conocen a nadie aquí y tú no estás, pues les he dicho que vayan allí, así que llegaran esta tarde. Bueno ya tengo que colgar, mi amor, te amo y gracias. - dijo todo eso rápidamente y antes de poder quejarme, colgó.

- ¡Mierda! La mato, juro que la mato.

- Oye Bel, cuéntanos algo sobre tus primos, no sabemos nada de ellos y van a estar aquí durante un tiempo largo no? - me dijo Katy, mientras todos nos sentábamos en el sofá de la sala y poníamos alguna película. Les había dicho que ellos se quedarían unos días con nosotros asi que Marshall dormiría con Josh, ya que no teníamos habitaciones suficientes.

- Pues.. Sus nombres son Samy Emily, él ahora debe de tener unos veinte años o así y ella quince, creo. Hace muchísimo tiempo que no los veo, así que ya no me acuerdo de cómo son. - todos reímos.

- Así que, un chico de veinte y una niña de quince.. Esto será divertido.

- ¿Qué piensas hacer, Katy? - le preguntó Joshua, con el semblante serio, a lo que yo percibí como: celos.

- No pienso hacer nada, solo que con más gente aquí, quizá será todo más divertido. - respondió ella, a lo que yo la miré con los ojos entrecerrados; no me creía nada de lo que decía, Katy tramaba algo, y puedo asegurar que no era nada bueno.

- Oye, Bel., sobre lo del otro día, ¿qué te parece si esta noche hablamos? - susurró Marshall en mi oreja, aprovechando que Joshua y Katy estaban distraidos.

- Claro, necesito que me aclares muchas cosas. - me giré hacía él y le sonreí. Y Marshall, aprovecho y me dio un beso corto en los labios, haciéndome sonrojar.

El timbre sonó, haciendo que todos miráramos a la puerta. Pero ninguno se dispuso a ir a abrirla, por lo que yo me levanté del sofá y fui a abrirla, encontrándome detrás de ella a mis primos, aunque no los reconocía, supuse que eran ellos.

- ¿Bel.? - salí de mi trance al escuchar la voz de Sam. Había cambiado mucho: tenía su pelo moreno corto, aunque algunos mechones se le caían por la frente. Estaba muy alto, demasiado, y se había puesto fuerte. Sus ojos verdes relucían gracias a la luz que desprendía el sol. Según recuerdo, jugaba al baloncesto, así que no me sorprendió su aspecto de atleta.

- Sí, yo soy yo. Pero pasen, chicos, pasen. - Sam entró primero a la casa, dejándome a mí delante de una niña más baja que yo. Tenía el pelo rubio. Pude ver que sus uñas estaban pintadas de un color rosa y tenían dibujitos de flores. Me miraba con cara de pocos amigos, hasta que pasó dentro de casa dándome un empujón con su hombro.

- Genial, esto empieza muy bien.

Cuando me adentré de nuevo a la sala, Sam ya estaba hablando animadamente con Joshua y Marshall, mientras Emily estaba sentada sola mirándose las uñas. Katy se acercó a mí y me dio un golpecito en el brazo.

- Así que esos son tus primos, ¿ah? Lo que yo decía, será divertido. - me sonrió para luego dirigirse a los demás. - ¡Eh, chicos! ¿Qué les parece si esta noche vamos a algún bar, para darle la bienvenida a estos dos?

- No creo que sea buena idea, Emily tiene quince años y no sé si la dejarán entrar.

- No te preocupes por eso Sam, Bel y yo nos encargaremos de eso.

Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora