Comencé a sentir unos botes en mi cama mientras dormía, pero los ignoré. Di media vuelta e intenté dormir de nuevo, pero la persona que estaba saltando en mi cama, no tenía intenciones de parar. Pude escuchar las risas de esa persona, pero el sueño me impedía el poder distinguir quién era; hasta que escuché su voz.
- ¡Vamos Bel, dormilona! Hoy tengo muchas cosas preparadas. ¡Es hora de fiestaaa! - la chillona voz de Katy entró por mis oídos y me molestó. Solté un bufido y abrí los ojos, incorporándome en la cama para mirarla.
- ¿Fiesta? ¿De qué diablos me hablas Katy? Déjame que tengo sueño, vete si?.
- Exacto pequeña saltamontes. Tu fiesta de despedida de soltera oh si. Ya te toca.
- Pero, ¿no es un día antes de la boda?
- Lo es, pero no para mí. Así que levanta tu perezoso y bonito trasero de la cama, tenemos cosas que preparar. - Katy me estrujó las mejillas y salió dando brincos de mi habitación.
Me levanté perezosa y lentamente, preguntándome por qué me busqué una amiga tan hiperactiva e infantil. Entré al baño, no sin antes escoger las prendas que me pondría el día de hoy. Sabía que Katy me haría cambiar de ropa, para ir a esa fiesta, pero me dio igual; ahora quería estar confortable y cómoda.
Después de darme una ducha rápida, cuidar mi cabello, alisarlo y vestirme, bajé para dirigirme a la cocina donde todos, y cuando digo todos también me refiero a mi familia, estaban. Saludé con un beso en la mejilla a mis padres, mis primos y mis tíos y luego unos brazos fuertes me abrazaron por la espalda y me pegaron a un cuerpo fornido y caliente.
- Buenos días, bella durmiente. - escuché en susurro la dulce voz de Marshall. Sonreí inconscientemente antes de girarme hacia él y besar sus suaves labios.
- Ni tan buenos, Katy me ha despertado por una tonta fiesta de despedida.
- No te vendrá mal divertirte, pero sin pasarte, sabes que te estaré vigilando allá donde vayas. - reí levemente y me separé de Marshall para servirme el desayuno.
- No seas tan amargada Bel. Antes te gustaban las fiestas tanto como a mí o incluso más. ¿Por qué has cambiado tanto? - el tono de Katy en la pregunta me molestó un poco. Yo no había cambiado, simplemente maduré y dejé de lado las fiestas para centrarme en mis estudios y en cosas más importantes.
- Katy, no seas así. Bel no ha cambiado nada. - habló mi madre por primera vez. - Entiendo que te ponga triste el que tu mejor amiga no te acompañe a las fiestas, pero tienes que comprenderlo.
- Lo comprendo, claro que sí. Pero bueno, no importa, esta noche será nuestra noche y nada lo estropeará. Así que, Bel, termina de desayunar y vamos a preparar la fiesta.
................................
Esta fiesta no era como todas las de despedida, no. En mi fiesta no había las típicas cosas que sólo tratan sobre sexo y hombres semidesnudos. Era una normal, con mis amigas, en un bar alquilado sólo para nosotras. Música a todo volumen, alcohol y, por supuesto, simplemente éramos todas chicas. Katy había escogido la ropa que yo me pondría, ni siquiera me dejó acercarme a mi armario para mirar aunque fuera.
- Dime que no es la mejor fiesta del mundo. - gritó Katy, ya que por la música era incapaz de escucharla.
- Por el simple hecho de que la has preparado toda tú y que es una fiesta para mí; pues sí, es la mejor. - reí un poco. Sentía los síntomas del alcohol en mis venas rápidamente.
- ¡Chicas! - llamó nuestra atención Alison. - Han dicho que unos chicos entraron aquí. - nos dijo al llegar a nuestro lado.
- ¿Y qué importancia tiene eso? - pregunté.
- Se supone que es una fiesta para chicas, nada más Bel. Pero si no les importa, que se queden, nos vendrá bien un poco de diversión.
- Las tres tenemos pareja, ¿qué clase de diversión piensas tener? - Alison se encogió de hombros haciéndonos reír.
Caminé lentamente y balanceándome hacia la barra, donde pedí otro trago. Algunas chicas se acercaron a mí para felicitarme. Unas manos se aferraron a mi cintura y me giraron, mareándome al hacerlo. El alcohol cada vez se hacía más presente en mí.
- ¿Me extrañabas Bel? - cuestionó èl mirándome con una sonrisa.
- ¿Marshall? ¿Qué haces aquí? - pregunté mirando sus bellos ojos y abrazándome a él.
- No podía estar más tiempo sin ti. Josh sabía la dirección de este bar y decidimos darles una pequeña sorpresa a nuestras chicas. - reí y acerqué mi cara a la suya para besarle.
Y ese beso se convirtió en muchos más. Marshall me llevó hacia los baños del bar, aprovechando que nadie nos miraba. Se adentró en el de los chicos, teniendo en cuenta que esta noche estaría vacío al no haber hombre alguno en la fiesta. Nos encerró en uno de los cubículos y me empotró contra la puerta de éste.
Besó mis labios salvajemente, acariciando mis muslos suavemente. Gemí contra su boca al sentir sus manos calientes. Marshall rió al ver su reacción en mí y empezó a quitarme la camiseta. Mi piel se erizó ante el frío del lugar. Comencé a quitarle la ropa a Marshall, acariciando su piel por momentos, notando cómo su cuerpo se tensaba ante mis caricias lentas.
Se sentó en el inodoro y me acomodó encima de su regazo, sin dejar de besarme en ningún momento. Pronto toda la ropa comenzó a volar por el cubículo, siendo esparcida por el suelo. Marshall pasó sus besos a mi cuello hasta que mis gemidos llenaron el baño. Di gracias a que la música estaba demasiado alta.
Lo que comenzó como una fiesta normal y corriente, terminó en una sucesión de placer entre los dos. Otra noche de desenfreno donde no importaba nada más, simplemente él y yo.
ESTÁS LEYENDO
Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}
FanfictionPrólogo: A veces en la vida los recuerdos dolorosos vuelven, esos recuerdos que han dejado una huella importante en nosotros. Cuando crees que has olvidado ese suceso que te ha roto en pedazos, de repente, vuelve a tu vida con una velocidad sobrehum...