- Josh es un viejo amigo que teníamos en Beverly Hills, ¿verdad, Bel.? - Katy me salvó al ver que yo no decía ni una mínima palabra. Le agradecí eso, porque ella bien sabía que yo soltaría alguna grosería.
- Eh.. Sí, ¡eso! un gran amigo. Por cierto, Katy, me ha dicho que mañana vendrá aquí para hacernos una visita y para contarnos todo lo de estos últimos años. - le dediqué una pequeña sonrisa algo forzada, ya que seguía algo molesta con ella por tratar tan bien a Marshall.
- ¿Es en serio? oh dios, eso es estupendo. Echo de menos a ese travieso y a su alma de niño. - soltó una pequeña risa, producida seguramente por algún recuerdo de alguna travesura de las que hacíamos.
- ¿Verdad que sí? me ha alegrado mucho, necesito a alguien de confianza aquí. - dije con algo de doble sentido en las palabras. Creo que Katy lo notó, porque puso cara de confusión y de algo de vergüenza. - Si me disculpan, ire a mi habitación.
No necesitaba irme a ningún lado, pero quería desaparecer de allí y del ambiente incómodo; al menos era incómodo para mí.
Al llegar a mi habitación, no sabía qué hacer, así que me dispuse a ordenar un poco mi armario; estaba hecho un remolino, la ropa por un lado, los zapatos por el otro.
Me puse mis auriculares y me olvidé durante un momento del mundo, hasta que sentí unos brazos en mi cintura que me apretaban un poco.
Me quité los auriculares e intenté darme la vuelta, pero no me soltaba. Dios, era èl
- ¿Me quieres soltar, Marshall? - dije lo más amablemente posible, aunque en este momento quería matarlo. Escuché su risa y eso me hizo enfurecer más.
- ¿Sabes? Me hace mucha gracia ver cómo pones cara de enojada cada vez que me miras. Vamos Bel., tú y yo lo podemos pasar muy bien. Aunque pongas resistencia, acabarás cayendo de nuevo, como hiciste hacer tres años. - de nuevo rei. Ahora no sentía furia, no, sentía miedo. Éste no era el Marshall que conocí, no era el mismo del que me enamoré. Aunque ahora, pensándolo bien, quizá siempre fue así, simplemente creaba una fachada para hacer que todas las chicas cayeran a sus pies; como hice yo.
- ¿Qué quieres, Marshall? ¿Hacerme más daño? Pues lo siento mucho, pero para tu información, no puedes hacerme más daño. No puedes romper un corazón roto, ¿sabes? ¡Ahora suéltame!
- No, ¡no! Maldita sea Bel. Sé que quieres que me vaya de tu casa, pero te dire solo una cosa y espero que se te quede claro en la cabeza: No me iré, no hasta dentro de mucho tiempo. - al terminar de decir esas palabras justo cuando salió de mi habitación, corrí a cerrar la puerta con seguro, me apoye y baje hasta sentarme en el suelo, con mis piernas alzadas. Abracé mis piernas con mis brazos y lo que hice fue llorar. Lloraba recordando sus palabras, me había dado mucho miedo y .Sé que había jurado no llorar nunca más, y menos por él; pero ahora mismo no me importaba. No sabía por qué hacía esto, no entendía sus ganas de hacerme sufrir más. Sólo quería escapar, quería irme lejos, lejos de Marshall y del dolor.
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Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}
FanfictionPrólogo: A veces en la vida los recuerdos dolorosos vuelven, esos recuerdos que han dejado una huella importante en nosotros. Cuando crees que has olvidado ese suceso que te ha roto en pedazos, de repente, vuelve a tu vida con una velocidad sobrehum...