[Narra Marshall]
Me desperté con la imagen más hermosa del mundo. Bel estaba dormida a mi lado, abrazada a mí por la cintura. Su pelo castaño, estaba esparcido por toda la cama donde ella tenía la cabeza, varios mechones le tapaban la cara; pero aún así yo podía contemplar lo hermosa que era.
Sonreí inconscientemente, pensando en todo lo que había pasado la noche anterior. Pero algo me hizo borrar la sonrisa de repente, ¿Bel se arrepentiría? Eso me preocupaba, no quería que nuestra relación, o lo que tuviéramos ahora, se volviera fría por todo lo que ha pasado. Me estaba poniendo nervioso con solo pensar que ella volvería a odiarme, que incluso me quisiera lejos de su lado; cuando yo no podría separarme nunca más.
Un movimiento me sacó de mis pensamientos: Bel se estaba empezando a despertar. Se soltó de mi cintura para restregarse los ojos. Cuando al fin pudo ver bien, por culpa de la luz que entraba por las ventanas, me miró con una leve sonrisa en su rostro, la cual yo le devolví. Se enderezó en la cama y se tapó hasta el cuello con la sábana. Ambos seguíamos desnudos y sabía que eso a ella le daba demasiada vergüenza, aunque ya tuviera diecinueve años. Reí al recordar ésto.
- ¿Qué tiene tanta gracia? - preguntó Bel mirándome con el ceño fruncido.
- No te lo tomes a mal, pero es que me parece muy raro que aún te de vergüenza estar desnuda delante de mí. - pude ver como se sonrojaba levemente. Agarro la almohada y me dio con ella en la cara. - ¡Auch, bruta!
- Eres idiota. No me da vergüenza alguna, es sólo que.. Arg, Marshall.
- Me estoy empezando a acostumbrar a tus insultos, aunque debes de saber que daña mi autoestima. - comenté divertido mientras ella se tapaba la cara con ambas manos.
- Cállate, anda, estás más guapo con la boquita cerrada. - me sacó la lengua, gesto el cual me hizo reír. Ella era tan infantil.
- Estoy guapo siempre, ¿o es que no me ves?
Ambos reímos, aunque ella me volvió a dar con la almohada en la cara, haciéndome reír más fuerte. Se levantó, enrollando una de las sábanas alrededor de su cuerpo. Vi como recogía su ropa del suelo y se dirigía a la puerta de mi habitación. Me levanté yo también, poniéndome la ropa interior y los pantalones rápidamente, yendo después tras ella.
La tome del brazo justo antes de que entrara a su habitación.
- Marshall, tengo que ducharme y vestirme, Katy debe de andar como loca buscándome. - dijo mirando al suelo, nerviosa. Levanté su mentón con mi mano, haciendo que me mirara a los ojos.
- ¿Estás bien? Bel, Katy no es tu madre, no va detrás de ti para todo. Eres lo bastante mayor como para ir donde quieras sola, no me vengas con esas excusas.
- No son excusas. Ahora.. ahora todo ésto es muy raro, estoy confusa por todo y mis sentimientos están como locos. No sé qué haré cada vez que te vea por casa, cómo te miraré a la cara. No quería que pasara nada de esto, porque no me gustaría que te hicieras ilusiones. Tengo miedo de salir dañada de nuevo, y sé que me has dicho que nada será como antes, pero no puedo evitar sentirme así. Dame tiempo, Marshall, sólo necesito tiempo.
De un momento a otro, la abracé. Tenía que hacerle ver que no la dañaría de nuevo, que estaría con ella todos y cada uno de mis días, que no la dejaría sola otra vez.
Sentí como empezaba a llorar contra mi pecho desnudo, pero no me importó, dejaría que se desahogara tranquila, con tal de hacerle ver las cosas como son.
- Será mejor que entres y te des una ducha, para despejarte. - la separé de mí, viendo sus ojos rojos y cristalinos. Me dolía verla así, vulnerable, con miedo. - No pienses más en todo esto, deja que las cosas vayan a su ritmo, pero no tengas miedo; no te romperé de nuevo el corazón, bel.
Besé su frente lentamente, después bajé a sus ojos y deposité tiernos besos en ellos, también en la nariz, las mejillas y por último, besé sus labios despacio, suave, tiernamente para hacerle ver todos mis sentimientos hacia ella. La amaba más que a nada, y esta vez me juraría a mí mismo morir, antes que hacerle daño de nuevo.
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Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}
FanfictionPrólogo: A veces en la vida los recuerdos dolorosos vuelven, esos recuerdos que han dejado una huella importante en nosotros. Cuando crees que has olvidado ese suceso que te ha roto en pedazos, de repente, vuelve a tu vida con una velocidad sobrehum...