Mi mamá tapó su boca con una mano y papá me miraba sin decir ni expresar nada. Me asusté aún más de lo que ya estaba, y me ponía aún más nerviosa el hecho de que todos me estuvieran mirando. Mordí mi labio inferior y comencé a mover las manos, intentando decir algo para relajar el ambiente. Mi madre se levantó de la cama y corrió a abrazarme, no me lo esperaba.
- No tengas miedo cariño, no vamos a regañarte por algo que es ley de vida. Si no, ¿cómo crees que tú estás en este mundo, Bel? - mamá intentó sonar divertida y lo consiguió, haciéndonos reír a todos.
- ¿No están enojados? Lo entendería si fuera así, en serio.
- Mi amor, eres mayor de edad, estás casada; que hayas quedado embarazada es algo que tarde o temprano iba a pasar.
Asentí nerviosa ante las palabras de mi madre y miré a mi papá. Él aún se mantenía sentado en la cama de la habitación, ahora mirando un punto fijo en el suelo. Me acerqué temerosa a él y me senté a su lado. Al sentir mi presencia, me miró a los ojos y sonrió tristemente.
- No puedo procesar el que mi niña, ya sea toda una mujer.
- También es difícil para mí papá. Estoy consiguiendo mas responsabilidad en poco tiempo, pero soy feliz y me gustaría que tú también lo fueras. - sonreí de y agarré su mano, aferrándola a la mía.
- Estoy feliz Bel. Claro que lo estoy, pero ahora no sé cómo haré para irme sabiendo que estás en ésta situación.
- Estaré bien. Lo prometo. - sonreí ahora ampliamente. Mi padre me devolvió la sonrisa y me abrazó.
Pocos minutos después, acompañamos a mis papás al aeropuerto, su vuelo no tardaría mucho en salir. Al terminar de despedirnos de ellos y de ver cómo el avión despegaba hacia su destino, nos fuimos a casa.
....................................
Los meses se pasaban rápido. Mi panza crecía cada vez más.
Los primeros meses habian sido normales: los chicos me mimaban todo el tiempo pero me dejaban hacer todas las cosas que pudiera hacer.
Pero al pasar los siete meses, las cosas para mí se volvieron algo aburridas ya que no me dejaban salir de casa sin supervisión de alguno de ellos, me prohibían hacer las cosas que me gustaban, y me vigilaban a todas horas. Claro que les agradecía que me cuidaran, pero a veces exageraban las cosas.
- ¡Bel¡ ¿Necesitas algo? - preguntó Katy desde la planta de abajo. Mientras yo estaba acostada en mi cama, ellos aprovechaban para hacer las cosas de casa.
- ¡Necesito salir de esta habitación! - refunfuñé.
- No seas boba. Lo hacemos por ti, para que no gastes todas las energías. Recuerda que ahora lo haces todo por dos. - respondió Marshall entrando a la habitación.
- Estoy cansada de que no me dejen hacer nada. Marshall, necesito tomar el aire.
- Saldremos tú y yo si quieres, pero sin hacer esfuerzos. Bel, sólo quiero cuidar de ti.
Me vestí con ropa cómoda pre-mamá. En sí un poco me molestaba esa ropa ya que me hacía parecer aún más redonda de lo que era. Mi humor era el peor del mundo, lo se, siempre refunfuñaba por cualquier cosa. Lo odiaba todo pero a la vez me gustaba.
Marshall me ayudó a bajar las escaleras y también me quejé por eso. Salimos a la calle y el aire frío me azotó en la cara. Cerré los ojos y suspiré, sonriendo. Necesitaba salir de aquella casa lo antes posible.
- ¿Estás bien? ¿Tienes frío? - reí ante las preguntas de Marshall y negué con la cabeza. - ¿De qué te ríes, Bel?
- Nada. Eres aún más adorable cuando cuidas de mí.
- Cuidaré siempre de ti. Siempre.. - me abrazó por detrás y dejó la frase en el aire. Me di cuenta de lo que quería decir.
- Y por siempre. - completé mirando cómo nuestras manos se juntaban en mi panza.
Caminábamos agarrados de la mano por las calles templadas de San Francisco. El sol comenzaba a esconderse y se notaba el cambio de clima en el aire. Pero aún así, la gente no abandonaba las tiendas, los parques o las calles. Era precioso.
Marshall no dejaba de hacerme reír, tomando mi mano y dándome vueltas alrededor de él. Salimos por un callejón que daba a una carretera, donde algunas luces de navidad ya eran visibles en las casas.
Él seguía dándome vueltas mientras yo reía. Nos acercamos a la carretera para cruzar al otro lado y llegar a casa, la cual estaba a pocos metros de allí.
Cuando me di cuenta y miré detrás de nosotros, un coche a rápida velocidad se acercaba y no tenía intención de frenar. Sin pensarlo aparté a Marshall de un empujón quedandome sin salida alguna.
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Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}
Fiksi PenggemarPrólogo: A veces en la vida los recuerdos dolorosos vuelven, esos recuerdos que han dejado una huella importante en nosotros. Cuando crees que has olvidado ese suceso que te ha roto en pedazos, de repente, vuelve a tu vida con una velocidad sobrehum...