Y ahora vuelvo a enamorarme de ti.. {Terminada}

Capitulo 62

Detrás de la puerta, se encontraban mis padres junto a Tyler. Por mi cabeza no se me pasaba ni la mínima idea de que ellos se conocieran, mi confusión era demasiado grande como para ocultarla.

Mis padres tenían una sonrisa en sus caras; mi madre tenía los ojos acuosos y mi padre sonreía con orgullo. Y Tyler.. él demostraba una de las sonrisas más cínicas que he visto en toda m...i vida.

- ¡Cariño! Sabemos que esto te ha tomado por sorpresa, pero ésa era nuestra intención. - habló mi madre mientras se acercaba a mí y me abrazaba fuertemente.

- Sí.. Sí que es una sorpresa, mamá. La verdad es que me he quedado como piedra. - mi mirada no se separaba de la de Tyler, el cual no paraba de sonreír y de mirarme raro.

- Hija, lamentamos el no haber estado junto a ti durante todo éste tiempo. Lo has pasado mal y nosotros no pudimos darte nuestro apoyo.

- No te preocupes papá. Ya estoy mucho mejor, créeme. Aunque aún hay cosas que me molestan.

- Oh, ¡por cierto! Nos hemos encontrado a éste muchacho al venir hacia aquí y nos ha dicho que es tu novio, por lo que pensamos que sería bueno venir con él.

Mis ojos se abrieron de par en par. Mi boca se quedó seca y mis manos formaron puños. No me podía creer que Tyler les mintiera a mis padres de ésa manera. Se notaba en el tono de voz de mi madre que estaba emocionada de saber que su niñita tenía un novio, un novio que no fuera Marshall. No es que le cayera mal ni le odiara, pero después de todo lo del pasado; estaba decepcionada.

- Mamá... Él no es mi novio, por Dios, seguro que les ha tomado el pelo de mala manera. - intenté reír y sonar divertida, haciendo que ellos me miraran confundidos.

- Pero, ¿por qué nos iba a engañar así? No lo entiendo, Bel.

- No les he engañado, señores. Les juro que su hija y yo estamos en una relación totalmente cierta. - me miró retadoramente mientras me agarraba fuerte por la cintura.

En ése momento, apareció Marshall detrás de mí. Su mirada se transformó de dulce a odiosa en cuanto divisó a Tyler agarrado a mí. Luego miró a mis padres y les sonrió tímidamente, ya que la tensión al aparecer él; se notó en el ambiente.

- Marshall... Cuánto tiempo, hijo. - mi padre le apretó el hombro y se saludaron. - Pensábamos que ya no estabas aquí.

- Y no lo estoy, John, simplemente he venido a ver a Bel.

- ¿A bel? ¿Son amigos de nuevo? - preguntó mi madre dedicándome una mirada de confusión absoluta. La situación cada vez me incomodaba más, quería gritar.

- De acuerdo, se acabó. Mamá, papá; éste chico de aquí no es mi novio, se llama Tyler y va conmigo a la universidad. Yo ahora estoy con Marshall, aún no somos novios oficiales, pero espero que pronto sí.- miré a Marshall y éste tomo mi mano para apretarla.

- ¿Entonces por qué nos has mentido, Tyler?

- Porque está obsesionado con su hija. Es un maniático que está loco por tener a Bel a su lado. Ayer casi la secuestra en la universidad, de no ser porque ella fue más rápida. Y perdón por decir esto, no quiero perderles el respeto; pero deberían informarse antes de venir con cualquiera a casa de su hija.

Mis padres se quedaron estupefactos. Mi madre soltó un gritito de miedo en cuando analizó todo lo que Marshall  había dicho. Mi padre se tensó en cuestión de minutos y podía jurar que en cualquier momento explotaría.

Escuché una risa cínica por parte de Tyler. Me agarró del brazo y me empujó hacia él, soltando mi agarre a Marshall. Solté un gruñido por el dolor que me producía su mano en mi brazo.

De un momento a otro, sin ninguno de nosotros darnos cuenta, Tyler metió su mano libre en su chaqueta y sacó un arma de ella.

- Lo siento por esto, pero no voy a permitir que ella  se vaya de mi lado de nuevo. Será mía y ninguno de ustedes lo podrá impedir. He estado mucho tiempo pensando en esto y en cómo hacer para tenerla conmigo. En serio lo siento.

El grito de mi madre al ver como Tyler me apuntaba con el arma, se escuchó por toda la casa. Mi padre junto a Marshall, intentaron hacer algo para separar a Tyler de mí, forcejearon como pudieron pero les fue inútil. Yo les gritaba que pararan, que les haría daño, pero no me hacían caso. De tanto forcejeo, empecé a dejar de sentir el cuerpo. Estaba cansada y muerta de miedo. Pero el miedo aumentó cuando se escuchó un tiro procedente de la pistola que se había movido de mi cabeza cuando de repente, lo vi todo negro y no supe nada más de nada.