[Antes de empezar quería daros las gracias porque OMGGGGG HEMOS LLEGADO A LAS 100K LEÍDAS
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CIEN MIL LEÍDAS
DADME MAYÚSCULAS MÁS GRANDES
Esto suena super tópico pero jamás de los jamases me imaginé llegar aquí cuando empecé a escribir esta novela y de verdad no os lo puedo agradecer lo suficiente. Muchas muchas muchas gracias por leer y compartir esta historia, de verdad me hace muy muy feliz
Y sin más, os dejo con el capítulo]
Owen ayudó a su madre a acabar de hacer el pollo con limón y llevó la bandeja a la mesa cuando ya estaba listo. Ted acabó de poner las servilletas y la mujer se sentó con una gratificante sonrisa en el rostro. De vez en cuando invitaba a su hijo y su pareja a comer los domingos. Owen siempre decía que sí, a no ser que tuvieran algo importante que hacer. Y a la mujer se le llenaba en pecho de alegría cuando pensaba en tener a su hijo nuevamente sentado en aquella mesa. Entonces se levantaba pronto y empezaba a hacer la comida, a pesar de que siempre decía que era muy sencilla y que no le había tomado mucho tiempo. Limpiaba la casa, se ponía guapa y les esperaba con emoción. Ted siempre traía una botella de vino, aunque ella insistía en que no hacía falta. Se saludaban, abrazaba a su hijo y le pedía que le ayudara a acabar de cocinar. Y entonces comían tranquilos, hablando animadamente y olvidándose de que el mundo existía.
Amanda recordaba pocas veces que hubiese sido tan feliz.
—¿Y cómo te va a ti en el trabajo? —le preguntó al afroamericano, antes de beber un sorbito de vino. Era dulce y fresco, pero no quería beber mucho porque sabría que le pasaría factura.
—Oh, bien—Ted se metió en la boca el trozo de pollo que llevaba en el tenedor y masticó calmado—. Bueno, como siempre, en realidad—se quedó un momento callado—. Aunque, ahora que lo pienso, el otro día mi jefe me comentó muy por encima que estaba pensando en darme un ascenso.
Owen se giró hacia él, alzando las cejas.
—Eso no me lo habías dicho.
—Sí, bueno, es que fue muy sutil y al principio como que no me lo creí. Pero si de verdad me dan el ascenso, jo, estaría muy bien.
—¿Y si te dan ese ascenso tendrías que seguir trabajando en la calle? —intervino Amanda, volviendo a beber del vino.
—Sí, eso siempre—se encogió de hombros ante la mueca de la mujer—. Ya sé que es peligroso y todo eso. Pero, honestamente, es lo que más me gusta de mi trabajo. Sentir la adrenalina y todo eso.
—Qué pronto me voy a quedar viudo...—bromeó Owen, dándole un trago a su bebida mientras Ted se reía por lo bajo.
—Esperemos que no. Por cierto—la mujer cambió rápidamente de conversación, recordando algo—. Hablé con Björn la noche pasada. Bueno, y con Erik también, que le pasaron el teléfono. Al parecer le dan el alta.
Owen abrió los ojos como platos, inclinándose sobre la mesa.
—¡¿En serio?!
—¡Sí! —la voz de Amanda se notaba emocionada, con un tintineo de entusiasmo—. En unas semanas. Deberías haberle escuchado, le temblaba hasta la voz.
—Claro, tiene que estar encantado—Owen rió con ternura, pensando un momento en cómo se le abrían los ojos a Erik cuando se ilusionaba con algo. Suspiró aliviado y sujetó la mano de su madre por encima de la mesa—. Lo hemos conseguido, ¿eh? Ha dolido mucho, pero lo hemos conseguido...
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Sugar
Romance《-¿Alguna vez has sentido que, por mucho que lo intentes, nunca conseguirás hacer las cosas bien? -Constantemente...》 Erik estaba dispuesto a llevar su vida, y todo lo que le rodeaba, al límite. Quizá fue aquello lo que hizo que se diera cuenta dema...