Capítulo 38: El Destino en el que desaparecías.

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"En la vida, los destinos están casi siempre separados: quienes comprenden no son los ejecutores, y quienes actúan no comprenden".

Stefan Zweig

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La música inundaba al palacio real, las guirlandas y los globos de llamativos colores, se mezclaban con las serpentinas y los arreglos florales, de pie ante el inicio de la losa que daba comienzo a la pagoda de ceremonias, Maara, ataviada con un delicado kimono y joyería en su cabello, alzó la mirada cuando vio como la escolta real se apostaba en la entrada, para así, dar inicio a la procesión final de la novia. Ella entonces se giró, la princesa anjana apareció escoltada por sus doncellas de compañía y, al detenerse a su lado, le sonrió con solidaridad... Ante la ausencia de Caleb, ella, como ahora escudera principal de Feng Lee, paladín portador de la bula del rey de Ávalon, sería la encargada de representar al reino avalariano en la entrega de la novia... Tras lo sucedido la noche anterior... Feng Lee y Laoidheach, habían salido en la búsqueda de Caleb...

-Tranquila, todo saldrá bien, lo encontrarán y todo volverá a ser como antes -dijo Meimei-An.

Maara le devolvió sus palabras con una sonrisa agradecida... ese era un momento importante para esa joven muchacha, sería el inicio de una nueva era donde Horikawa sería un reino unificado entre sus respectivos clanes, tenía una gran responsabilidad sobre los hombros además de que sería el comienzo de su vida junto al hombre que amaba... y a pesar de todo eso, tenía tiempo y corazón para preocuparse de los problemas de los demás... ella claramente sería una gran regente de sus tierras.

-Vamos, princesa, la escoltaré hasta su novio -sonrió Maara alzando una mano que, ruborizándose, esa chica cogió.

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En el palacio de huéspedes de honor (la noche anterior):

Era pasada la media noche, usualmente, con el nivel de cansancio que tenía a cuestas, Maara ya se habría ido a dormir, no obstante, embobada frente a lo que Feng Lee hacía, había obligado a todo rastro de sueño a desaparecer... Su corazón no dejaba de latir como loco y su cuerpo a hormiguear, los escalofríos deliciosos tras haberse besado por segunda vez con el fenghuang se negaban a desaparecer, y aún más, cuando él le había susurrado en sus labios que si deseaba acompañarlo a su habitación... Maara había asentido de forma automática... Pero una vez que había salido tras los pasos de aquel médico, su mente había comenzado a funcionar de manera caótica... ¡¿de verdad iría a su cuarto?! ¡¿Para qué...?! Ella se había sentido increíblemente avergonzada... como si fuera una adolescente que se acercaba a su primera vez... ¿pero qué cosas pensaba...? Ni siquiera eran algo con Feng Lee para pensar en hacer cosas como esa... aún si lo deseara... no creía que él tuviera esas intenciones... No obstante, había sido imposible para ella no pensar en una posibilidad como esa... y esa expectación le habían puesto colgando de un hilo de la histeria... Fue tan solo cuando, acomodando una mesa, en que ella supo la razón por la cual le había invitado, y ahora por razones diferentes, se embriagaba de él al contemplar la elegancia que, por todo lo vivido, había olvidado que los fenghuang podían demostrar.

Feng Lee, a modo de agradecimiento, le estaba realizando una ceremonia del té al estilo de Xian-Tzi...

-Ha pasado mucho tiempo... no te rías de mí si sale algo mal -dijo el fenghuang alzando sus ojos dorados hacia ella.

El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora