Capítulo 40: Regresando a ti.

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"Tienes que perderte antes de encontrarte". 

Ciudades de papel - John Green

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Abriéndose camino a través del bosque blanco, Laoidheach aceleró la carrera intentando poner la mayor distancia posible del punto donde había sentido el aura de Caleb, tenía que alejar todo lo que pudiera a Dietrich Eldër de Caleb... esta vez tenía que ser firme y protegerlo, ya que no había podido hacerlo antes, tenía que hacerlo ahora... El resto del trabajo, el salvarlo... esa misión se la dejaría a Feng Lee, sabía que el fenghuang de alguna manera encontraría la forma de traer de regreso al sidhe.

"¡Debo apurarme... debo llevarlo lo más lejos que pueda...!"

Aquello no dejaba de repetírselo en la mente, lo único que le hacía moverse era su anhelo de alejar a esa bestia... y asegurar el futuro de Caleb...

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Ruinas de la ciudad Eclipse:

Viendo aquella gigantesca flor de roca, resultado de su invocación de los espíritus de tierra, Dietrich Eldër sonrió satisfecho, en otra ocasión habría peleado usando su espada, pero en ese momento sus pensamientos estaban enfocados en esa samurái de los cabellos de fuego, tenía que atraparla y hundir el filo de su espalda en sus carnes, aquello era lo único que deseaba, pero cuando aquel vampiro se giró para ir tras el rastro de aquella chica, su flor de tierra estalló en miles de pedazos, y logrando hacerse a un lado, vio con rabia como aquel Progenitor seguía con vida, agitando los tentáculos que nacían de esas alas, le atacó implacable haciendo estremecer la tierra bajo sus pies.

Irritado, el strigoi elevó su aura, su rostro se contrajo en una expresión bestial y, desenvainando su espada, se prestó a acatar, al final y al cabo no tenía otra opción que luchar al modo tradicional.

Cortó aquellos primeros apéndices con una estocada circular y luego aterrizó sobre las piedras sin perder de vista los ojos de ese yōma, el cual, sin detener sus movimientos, volvió a arremeter extendiendo nuevos apéndices, pero cuando los azotó en el lugar donde ese vampiro de cabellos negros estaba, se dio cuenta que se había desvanecido en el aire... Para cuando volvió a sentir la presencia de aquel paladín, él había aparecido tras ella, y con una amplia sonrisa que estalló en carcajadas, Dietrich agitó su espada en una mandolina para así terminar de una vez por todas esa pelea al decapitar a la criatura, sin embargo, cuando solo había logrado enterrar unos centímetros su afilada arma en la coraza de la cabeza del ser, sintió que los tentáculos del Progenitor lo envolvían con fuerza... Sin creer que hubiera sido tan descuidado, el strigoi sintió sus huesos crujir, para luego, tras ser agitado en el aire, ser tumbado contra las rocas con fuerza...

—Qué lástima... —dijo en tono monótono la Progenitor sin soltar a su presa, ejerciendo mayor presión con los tentáculos que nacían de las corazas de su cabeza—. Si hubieras estado un paso más cerca... Pero bueno, parece que yo soy más fuerte.

El yōma sonrió y alzó al vampiro rodeando sus piernas, cintura y brazos, Dietrich, con impotencia, solo se limitó a maldecir...

—Eres como un pescado en la tabla de picar, ¿sientes que vas a rogar por tu vida? Puede que sea generosa si lo haces.

El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora