Capítulo 74: La verdad de un rey caído.

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"¡Vuelvo a casa! Quita de nuestras almas todo dolor y fatiga. Permite que nuestras vidas testimonien la belleza de tu paz. Susurra sobre nuestro deseo. Tu frescura y tu bálsamo; Deja los sentidos dormir, la carne descansar, manifiéstate con terremoto, viento y fuego. O voz serena y tranquila".

Expiación, deseo y pecado - Joe Wright

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Sus pies derraparon sobre la nieve hasta que el metal de los talones produjeron un sonido seco, enterrando su estoque en la tierra al descubierto, Sile dejó escapar un prolongado suspiro de agotamiento y, mirando de soslayo hacia atrás, vio que había dado con un gran escombro... ¡Maldita sea! Su armadura ya presentaba varias grietas y los impactos cada vez eran más fuertes, no solo haciendo que se tambaleara con cada embestida sino que también haciendo que sus huesos vibraran con fuerza... Su oponente, aquella elfa elune que respondía al nombre de Marian, poseía una fuerza descomunal, a pesar de su delgada figura y frágil apariencia, aquella mujer blandía su maciza y enorme alabarda como si se tratase de un mondadientes, moviéndose sobre la nieve como si flotara y haciendo que, con cada segundo, se alejara más... y más...

La paladina maldijo y se enderezó, le dio un giro a su estoque y se puso en guardia, intentó calmar su respiración agitada y despejar su visión pestañeando velozmente un par de veces, seguía viendo borroso, entonces se pasó una mano por el rostro... ¿Sangre...? Solo había bloqueado un golpe y ¿estaba sangrando...? Ella apretó los dientes y alzó la mirada, Marian avanzaba hacia ella a paso lento y con expresión impertérrita, la punta de su lanza estaba orientada hacia abajo traspasando la nieve removida... ¿Había sido herida solo como consecuencia del choque de las auras de ambas? ¿Con qué tipo de monstruo estaba peleando...? Por otro lado...

—Ty... —murmuró.

Sus ojos se desviaron sutilmente hacia el noroeste, una columna de nieve se elevó a los aires formando en la parte más alta un hondo de polvo de hielo y maana... El aura de Tyreence se sentía cada vez más agitada... si ella estaba teniendo problemas con la cortesana de aquel hombre, él seguro estaba en una situación mucho peor...

—No deberías apartar los ojos de mí —dijo lady Marian atacando con una veloz embestida.

Sile volvió la mirada hacia ella en el acto, elevó su poder fortaleciendo sus brazos y piernas para resistir el embate y alzó su arma... por una fracción de segundo logró bloquear el filo de la alabarda, sin embargo, la fuerza de impacto le hizo retroceder nuevamente, esta vez, estrellándose contra los escombros de lo que habría sido en algún momento una torre de vigilancia... La sidhe cayó de rodillas sobre la nieve apoyándose en su espada... unos trozos de su armadura cayeron al suelo así como un calor se extendía por su costado derecho... ¡Eso era absurdo...! ¡¿Cómo podía estar así de herida...?! No tenía sentido... Aun si esa mujer era fuerte, no había forma para ser lastimada de esa manera... por qué... ¿por qué entonces sus esfuerzos no servían...?

—Esto terminará mucho más rápido de lo que pensé —sonrió la elfa apoyando la parte inferior de la alabarda en la nieve.











A lo lejos, manteniéndose en una zona segura, la joven bruja recién despertada Victorique alzó la mirada y la concentró en la batalla que se desarrollaba cerca de la torre vigía... Sile Devöy estaba en serios problemas... desde el inicio había iniciado su lucha en desventaja, cada uno de sus ataques no encontraban conclusión satisfactoria en su oponente la cual, sin mayor esfuerzo, seguía acorralándola cada vez más... ¿por qué...? En su inexperiencia podía sentir que algo andaba mal... como hechicera era una neófita, ni siquiera tenía una maestra que le hubiera incursionado en lo básico, pero algo muy dentro de sí le decía que había algo fuera de lugar en todo eso...

El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora