Capítulo 59: En una noche nevada. Parte I.

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"Me estás enseñando a amar. Yo no sabía. Amar es no pedir, es dar. Mi alma, vacía". 

Gerardo Diego.

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Había comenzado a nevar hacía ya varios minutos, alzando la mirada al cielo, Ixion cruzó los brazos debajo de la amplia capa de piel que llevaba sobre los hombros, soltó una bocanada de aire y las columnas de vapor ondularon ante sus ojos hasta diluirse por el viento, él miró luego a su derecha, Echo con su cabello azul ligeramente largo y su traje en hilos de seda, había hecho desaparecer sus diáfanas alas y, reluciendo como una mota azul cobalto, flotó en el aire hasta ocultarse por entre los pliegues de su sobreveste, del cual solo asomando la cara, se frotó las manos queriendo entrar en calor.

—Solo será un paseo cortó, ¿de acuerdo amigo? —habló él.

Aquel pixie asintió y volvió a ocultarse debajo de la piel de aquella prenda, entonces el dragón Azul miró por sobre un hombro la ventana por la cual hacía ya bastante había desaparecido Caleb, ese cachorro tan peligroso e incierto como la misma marea... A esas alturas ya podía comprender el porqué tras la reunión del Cónclave, con solo verlo era capaz de detectar ese enorme poder que se estaba desarrollando en su interior y cómo, con cada cambio en el flujo de su energía interna, aquellas manifestaciones aparecían... Ixion elevó sus ojos ahora hacia el cielo, muy pocos seres quizás podrían ver aquello, pero en el aire se encontraban aquellos agujeros en el plano, grietas negras rodeadas de bruma violácea y las cuales, con rapidez, seres de luz semejantes a arañas, intentaban repararlas con sus largas y finas patas... Solo había bastado descompensar levemente a aquel muchacho para que su aura inquieta provocara Huecos en el plano y llamara que los Tejedores Dimensionales a trabajar, en un intento de reparar aquellas irregularidades y así mantener el equilibrio en el Flujo de las Energías... Caleb Let Sagmun era una bomba de tiempo, pero así como él, también habían otros elementos inciertos de los que bien sabía, y así mismo, había habido ejemplos tanto inquietantes y nefastos, como sorprendentes y esperanzadores en el pasado... Y aquel muchacho se asemejaba al segundo caso... y así como Edea, parecía estarse dirigiendo al mismo final...

—Se supone que el destino debe cambiar, no repetirse...

Él miró hacia el horizonte, hacia aquel jardín sagrado que encerraba aquel viejo templo, Ixion entonces respiró hondo y saltó al vacío, sus alas se extendieron en pleno aire y se elevó cruzando el aire en un veloz aleteó que le hicieron cruzar gran parte de aquella área verde... cuando ya estuvo cerca de aquel laberinto, sintió golpearle la magia de repulsión de aquella zona, por lo que deteniendo el vuelo, descendió al inicio de aquellos setos... Ahí plegó las alas hasta hacerlas desaparecer, miró en dirección al castillo a unos 300 metros de donde estaba y suspiró... en un pasado ese había sido su hogar... había jugado y crecido entre aquellos muros e, impresionantemente, muchos de los lugares en los cuales los draconianos habían vivido se habían impreso en Eldarya... así como las crisálidas tras el fallido Sacrificio Azul, habían terminado también en ese mundo... Ixion apretó los labios y miró el seto ante él... en su mente aparecieron unas risas infantiles y, al mirar a su derecha, le pareció ver a tres niños correr, uno de cabellos azules que llevaba de una mano a una niña de melena ondulada y oscura, y otro tras ellos de cabello ondulado y negro... El Rey de reyes sintió la garganta apretada cuando esa visión desapareció diluida bajo la nevada, suspirando, alzó la mano hacia el seto y liberó una pulsación de poder... Al instante las hierbas y ramas se agitaron y el campo de repulsión que por milenios había protegido la zona de diluyó, el seto se abrió a los costados revelando una amplia entrada y, sin pensarlo más, comenzó a avanzar por aquel laberinto evocando el camino correcto... tantas veces lo había superado junto a Halia y Ajax, que sabía que podría cruzarlo con los ojos cerrados, y tras finalmente adentrarse en ese laberinto por cerca de 10 minutos, llegó al centro en el cual había un viejo templo oratorio en ruinas... avanzó hasta el agujero en por el cual en el pasado lejano había caído junto con Ajax y de un salto descendió hasta las profundidades que aquel oratorio había ocultado de tiempos remotos... Como lo recordaba, el lugar estaba poblado por polvo máanico, aquel árbol retorcido seguía ahí al igual que aquella lápida sin nombre... Ixion caminó hasta aquella y se acuclilló mirándola con atención, antes no lo había pensado, pero su vida en Cocoon había dado ese rotundo giro después que habían encontrado ese sepulcro...

El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora