Capítulo 50: Beratos del norte.

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"No me basta tu recuerdo, ahora quiero tu regreso".

Tiziano Ferro

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Nueva Albión – Ávalon. Jardín del anfiteatro de las Hortensias:

La reunión había terminado hacía mucho, bajo las luces de los faroles que delimitaban el paseo, Bahamut avanzó con lentitud observando todo a su rededor... era un hermoso lugar, tanto que llegaba a parecerse al de Palacio del Lago... Él se detuvo en seco y miró hacia la nave del Diamond Pálás que se veía a unos 100 metros de donde estaba, un grupo de doncellas pasaba a la carrera... eran un grupo dragonas juveniles de los cobrizos y ocres... ¿qué hacían? Hacía ya varios minutos que sentía que había una agitación entre los draconianos dentro de la zona del palacio... era... un sentimiento de urgencia... lo recordaba, era la misma sensación de angustia cuando perdía de vista a Ray, pero eso era absurdo, al cónclave solo habían venido desde dragones adultos hasta juveniles, las crías e infantes se habían quedado en los cubiles a cargo de las nodrizas, por tanto...

—A menos qué... —murmuró el rey de los Negros poniendo mala cara.

—¡Rey Bahamut!

El aludido se giró y vio acercarse a un Dorado a la carrera... Cedric, el rey de los de su raza, le sonrió al tiempo que, llegado a su lado, tomaba aire.

—Me alegra verlo, era al único que no...

—¿Qué quieres? —preguntó Bahamut en tono golpeado.

—Sí... directo al punto y sin etiquetas... muy propio de usted... —suspiró Cedric enderezándose—. Supongo que ya sintió el Instinto de Protección, ¿no?

—No me digas, Eyra se perdió —Bahamut se cruzó de brazos—. Creí que estabas a su cuidado.

—Técnicamente, como ella es una cría, cada dragón aquí presente debería cuidarla, sobre todo nosotros los Reyes de reyes... —murmuró el dragón Dorado—. Como sea, ya sabe a quién buscamos, si la encuentra sus damas de compañía están reunidas en la fuente de La Unión.

—No voy a hacer algo tan molesto como buscar una cría... ¡oye!

Bahamut chasqueó la lengua, aquel joven se había ido a la carrera sin prestarle atención a lo último... siempre haciendo las cosas a su manera, no cabía duda de que era el hermano de Etwal... Entonces, resoplando, se había girado y retomó su camino en dirección al río Crisol que, atravesando todo Ávalon, regalaba uno de sus brazos que se extendía por todo el terreno del palacio real...

Eyra Gormosdóttir, si bien había dormido al igual que todos por milenios, en el momento de la muerte de Edea y su inmediata ascensión al trono, su caída en hibernación había sido cuando solo tenía 50 años, por tanto, después de su despertar en este nuevo Eldarya, su desarrollo había partido desde el momento congelado en el que había pasado, por tanto, a pesar de sus años cronológicos, su cuerpo y mente seguían siendo los de una cría... La verdad es que había estado sorprendido cuando, al despertar, se había enterado que los reyes de clanes de los de Hielo, también conocidos como los de Diamante, habían aceptado sin oponerse que alguien tan joven asumiera el liderazgo de toda una raza... pero, después de meditarlo, incluso lo había entendido, todos aquellos reyes habían inclinado la cabeza ante alguien que había sido aprobada como su sucesora, Edea en vida había reconocido a Eyra, y ese solo hecho, había proyectado la "derrota" indiscutible entre los demás reyes de clanes...

El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora