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“El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.”
Oscar Wilde
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Había un pensamiento constante que rondaba intermitentemente en la mente de Huang Jia, mientras los árboles cambiaban estación tras estación, mientras el sol brillaba sobre paisajes brillantes y blancos o multicolores y aromáticos, era que jamás podría haber visto venir ese comienzo, que el trato pactado con el emperador podría durar tanto tiempo... De forma increíble, cuando las hojas de los árboles comenzaban a teñirse de colores cálidos y desprenderse de las ramas para formar alfombras crujientes en aquel frío otoño, es que ella veía cumplirse 50 años desde que se había convertido en la asistente personal de alteza Feng Zhang... no se había dado cuenta como el tiempo se había acumulado sobre sus hombros, no se había dado cuenta cómo todo se había vuelto una cálida normalidad...
—¡Hey! ¡Huang Jia! ¡Espérame!
La aludida se detuvo y se giró, viendo correr hacia ella a través de ese jardín interior del palacio real a una de las doncellas de la corte, una nian de cabellos azulados y mirada avispada.
—¡Hola, May! —saludó la fenghuang con ascendencia de qilin.
—Te he estado llamando... —dijo la muchacha haciendo un puchero.
—Lo siento... —murmuró avergonzada Huang Jia—, estaba perdida en mis pensamientos.
—Es difícil poder verte últimamente... —protestó May colocando las manos en las caderas—, y cuando apareces no escuchas... Tienes mucho trabajo.
—No se puede evitar... He estado muy ocupada ayudando a su majestad.
—¡Es en serio! ¡Él de verdad trabaja demasiado y para colmo arrastra a sus sirvientes a su pozo oscuro de deberes y más deberes!
—Incluso así no puedo dejarlo solo.
—¡Oh! ¿Estás segura de eso? —sonrió con malicia la nian—. ¡Lindo collar!
—¿Eh...? —Huang Jia bajó la mirada y tocó una gema de color rojo que colgaba de su cuello—. ¡Oh! ¿Esto? Su majestad dijo que su asistente debía de lucir bien, así que...
—¿Así que eso dijo? —rio May colocando ahora ambas manos en las caderas en actitud traviesa—. Es muy obvio con esa ropa y collar.
—¿Ropa...? ¡Ah! Este hanfu también me lo dio su majestad.
—¡Exacto! Huang Jia, ¿sabes cuál es tu mayor encanto? —dijo la nian apuntándola, al ver que su interlocutora negaba con la cabeza, añadió—. ¡Tus pechos! ¡Tus enormes pechos! —la aludida se llevó las manos a la zona que su amiga apuntaba ruborizándose por completo, mientras que la nian volvía al ataque con voz lastimera—. Antes usabas hanfus como todas las doncellas, con un gran escote... aunque yo no tengo mucho que mostrar... ¡Pero el punto es que tus pechos lucían bien antes! Pero ahora... —ella suspiró con lástima—, están todos cubiertos... es tan aburrido...
—Esto... bueno... —Huang Jia se miró aquel nuevo traje y sonrió con timidez—, me gusta mucho más mi ropa ahora... antes me daba vergüenza exponerme tanto...
—¡Ese es mi punto! —May se cruzó de brazos mientras asentía—. Los hombres no quieren que otros vean a sus mujeres, ¿sabes?
—Eso... no es así... —murmuró la fenghuang sintiendo las mejillas calientes.
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El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]
Fanfiction-Frente a todo lo Lógico y elemental, hay un hecho que es absoluto aún si la mayoría lo desconoce, y es que todo en este basto e infinito universo, viene en par: Luz y Oscuridad, Vida y Muerte, Creación y Destrucción, Maana y Miasma; Así como Faerie...