El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 66: En la Ciudad Imperial.

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"Tus circunstancias pueden no ser de tu agrado, pero no han de seguir siendo las mismas si concibes un ideal y luchas por alcanzarlo".

James Allen

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Las columnas de humo negro resaltaron cuando aparecieron en el cielo, densas, negras y muchas de ellas rojas mezcladas con polvo máanico, se elevaron desde diferentes direcciones, entregándoles un adelanto de lo que se estaba sucediendo dentro de la capital de Xian-Tzi. La escuadra avalariana apostada ante el paso de la calzada Fuan Zï, teniendo aquel escenario ante ellos, comenzó en el acto a distribuirse en los distintos equipos con el fin de reunirse con aquellos que ya estaban en el interior del reino, guiados por sus diferentes sublíderes, en pocos minutos los grupos tenían claro sus planes de acción.

Por su parte... Tyreence aún no podía dimensionar del todo lo que estaba sucediendo, aquella mañana había despertado sintiéndose aturdido y con el pecho apretado... había sido atacado con pesadillas durante la noche y, aunque había tenido a Kumiko a su lado, sentía que en realidad no estaba en el lugar... su mente y cuerpo parecían suspendidos en el aire, sobre todo cada vez que volvía sobre aquellas pesadillas... en donde su madre le elevaba rodeada de una luz roja... de espaldas y con los ojos cerrados, con su largo cabello agitándose a su rededor así como las telas de su hanfu ceremonial, era rodeada de una energía intensa, donde su piel era salpicada por destellos que pronto se convertían en líneas de luz, unos segundos después una silueta aparecía a su lado, inundando aquella cámara en donde todo sucedía por burbujas de energía escarlata de diversos tamaños que terminaban como polvo máanico sobre un colchón de flores de equinoccio... tras eso Huang Xiang abría los ojos y era atravesada por una lanza ceremonial... Eso le había terminado por despertar, con el cuerpo entumecido y los ojos bañados por las lágrimas, ver nuevamente a su madre en esas circunstancias le habían destrozado y, por varios minutos, había estado sumido en el silencio con la cabeza entre las manos, aun cuando Kumiko había regresado a la tienda y se había sentado a su lado, abrazándolo con fuerza mientras le depositaba un beso en la frente... él, como antes, no había podido hablarle, simplemente le había rodeado con los brazos y refugiado en su pecho, y así habían estado hasta cuando se anunció el levantamiento del campamento y el inicio de la marcha hacia Taigon... Y ahora estaba ahí, nuevamente, siendo sacudido por él pánico que significada aquella misión... la duda de que si, aquel sueño, solo había sido eso o el anuncio de algo mayor viniendo... o ya sucediendo...

—Ty...

Él se sobresaltó y miró a su derecha, seguramente tenían unos dos minutos, los grupos ya se prestaban a internarse en dirección a los diversos distritos, y él se supone que se había retirado con ella para poder entablar una última conversación antes de partir... y estaba perdiendo aquellos valiosos minutos en sus divagaciones...

—Lo siento... he estado pensando en mucho... —respondió Tyreence girándose hacia ella.

Kumiko sonrió con amabilidad, avanzó un paso hacia él y, alzando las manos, le acarició las mejillas, le vio cerrar los ojos y disfrutar aquel contacto, para luego cogerle una mano y besándole la palma con delicadeza.

—Ambos estamos aquí para salvar y proteger a un ser amado, ¿no? —dijo el joven paladín mirando la mano de la nian entre la suya, acariciándola con sus dedos como si se tratase de algo frágil—. Y me temo que hablar de ello... podría interferir en lo que deseamos...