El Legado de Rapsodia (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 13: El plan de Ishtar.

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Capítulo 13: El plan de Ishtar.

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"Los niños son inocentes y aman la justicia, mientras que la mayoría de nosotros somos malvados y por esa razón preferimos el perdón". Chesterton.

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Aquel muro tras él crujió y reventó en cientos de pedazos, las piedras volaron y la presión de aquella aura le golpeó la espalda haciéndolo tambalear, jadeante, Caleb retrocedió todo lo que pudo y se apoyó en Enérdagon, esa espada fabricada por su maestra, destruida por Arturo Pendragon en el templo de Fandury y reconstruida por lady Eithne... Esa espada ahora relucía como una negra y hermosa claymore entre sus manos, la canalización de su poder, dentro del núcleo que palpitaba en el interior de la hoja, le decía que era una obra alquímica y mágica única, que con ella como catalizador, así como la varita mágica de los magos o brujas en entrenamiento, debería serle de gran apoyo... no obstante... así como estaba, siendo cada uno de sus hechizos rechazados y viéndose retroceder una y otra vez... su inferioridad y desastre como hechicero... le volvían deprimente... ¿Qué es lo que tenía que hacer...? Por más que lo intentaba no podía acercarse ni un milímetro... Allí, a unos cinco metros, siempre elegante y con cada bucle en su lugar, Scarlett le esperaba con una mano en la cadera y la otra sosteniendo con firmeza un látigo de cuero... ¿cuero...? Cada golpe parecía ser hecho por una barra de adamantium, y la forma en que liberaba destellos, quizás estaba tejido mediante una aleación de miltanio... ¡Diablos! Si seguía distrayéndose así... Él saltó a un costado esquivando el latigazo de aquella buhonera de rojo traje, se deslizó por las piedras de lo que había sido una plaza y alzó la mano izquierda con la intención de conjurar aquella técnica de desarme que le había enseñado Scarlett, sin embargo, antes de siquiera formular la orden en su mente, esa mujer de ojos color del zafiro ya estaba ante él, cogiéndole aquella muñeca con la mano libre y envolviéndole el cuello con el látigo... un segundo después sintió el poder de aquella arma y... murió por decapitación...

-Dime, ¿cuántas veces piensas morir en un día, Caleb Let Sagmun? -preguntó Scarlett colocando ambas manos en la cadera y ladeando la cabeza.

Tras un fuerte resplandor en el suelo, aquel sidhe se levantó dejando escapar un prolongado suspiro... Su cabeza estaba en su lugar así como todo el escenario a su rededor volvía a su forma original: la representación de una gran ciudad. Por otro lado, sin levantarse, alzó la mirada hacia aquella mujer que en esos momentos se acomodaba las hebillas de sus zapatos de tacón, ¿cómo podía moverse así de rápido con aquel calzado...? Por otro lado... ¡¿por qué estaba una vez más en esa apariencia...?!