4• Una Pequeña Comida

4.2K 548 163
                                    

Tōru se levantó por la mañana sin ganas de asistir a clases pero tan solo recordar que su padre posiblemente pasaría todo el día en casa hacia que Oikawa prefiera ir a estudiar.

El dolor de caderas está vez no era tan grande así que no tuvo dificultad para levantarse de la cama, tomar una ducha.

Pero el desayuno fue un tanto complicado y no por el dolor de cadera si no por que su madre se encontraba en la cocina preparando lo que parecían huevos revueltos.

Oikawa al ver a su madre cocinar sabía que su padre estaba por llegar lo que significaba que debía irse pronto.

Al final no desayuno más que un pan con mermelada que se preparó el mismo y sin siquiera despedirse de su madre salió casi corriendo de la casa.

Era horrible saber que en casa no había protección alguna pero tampoco era algo a lo que Oikawa no estaba acostumbrado a vivir.

En el camino pudo ver a Hajime caminar junto a una joven que si en definitiva era una alfa.

Oikawa frunció su entrecejo.

Su día ahora sí que había empezado de lo mejor.

Trato de esquivar el camino que seguía Iwaizumi así que camino por otra calle que estaba más sola y era un recorrido más largo pero con tal de no toparse a Hajime era más que feliz.

Pero para su mala suerte aquel aroma de aquel alfa persistía así que al girarse se encontró con ni más ni menos que la cara de Iwaizumi.

– ¿Ahora te dedicas a acosar a las personas?– pregunto Oikawa sancarron.

– Digamos que tal vez solo sea casualidad –

– la casualidad no existe en la vida –

– ¿Entonces si no es casualidad que más podría ser? –

El castaño se quedó callado, metiendo sus manos en la bolsa de su pantalón.

– Hoy, en el gimnasio espero que me des pases –

– Ya dije que no lo haré –

– Entonces estás dispuesto a no jugar como titular, realmente no me afecta en nada si juegas en la cancha o no –

Tōru iba a girarse para ver a Iwaizumi pero este ya estaba al lado suyo caminando con tranquilidad.

– Eres un...–  se obligó a callarse y llevo nuevamente su vista al frente.

– Ayer, ¿Que hacías en los baños? –

– ¿Yo? –

– Claro, solo tú eres el que desprende ese fuerte olor a un dulce Omega –

Oikawa frunció ahora su entrecejo – Tome supresores, no puedes saber si era yo u otra persona –

– Eres el único Omega del equipo, además todos se habían retirado –

Ahora Tōru no tenía como defenderse y agradeció que ya estaban llegando a la puerta del colegio.

– Quizás alucinaste y crees que fui yo quien estaba allí –

– Quizás, o quizás si eras tú – Oikawa iba a contestar ahora con incoerencias pues ya no tenía como defenderse pero Hanamakki y Matsukawa se acercaron a saludar.

Tōru les saludo de manera inmediata y se retiró al salón de clases.

No cesitaba darle explicaciones a Iwaizumi,  no necesitaba hablar y ser amigable con el, si no lo aceptaban en el equipo como un titular por culpa del alfa ya no era culpa de el, pues se creía lo suficiente capaz de jugar un partido sin el rematador principal.

Las clases dieron inicio con el amado profesor de literatura que miraba de vez en cuando a Oikawa con esa mirada de deseo.

Este último desviaba su vista y trataba de ignorar aquello pero aveces le era imposible ignorar la mirada penetrante de su mayor.

Cuando la siguiente clase comenzó Tōru se sintió un poco mejor. Ya no debía ver al profesor de literatura, aunque la profesora que daba clases ahora era la que impartía la clase más problemática para Tōru.

El cerebro de Oikawa funcionando cuando no se había alimentado bien era un jodido problema puesto a que no podía concentrarse en algo que no fuera comer.

Y las demás clases fueron también complicadas pues el no haber desayunado correctamente le estaba pasando factura.

Y cuando la hora de receso comenzó Oikawa busco en su mochila algo para comer pero al no encontrar nada recordó que por haberse encontrado a su madre cocinando en la cocina se le había olvidado empacar algo.

Ahora sí que estaba jodido.

Sin comida, sin dinero para comprar alimentos, sin amigos o compañeros que le ayudarán...

Todo era un martirio.

– Kusokawa – Tōru ignoro totalmente aquella voz pues lo que menos necesitaba ahora era discutir  y perder la poca energía que le quedaba.

Hajime se adentro al salón donde solo habían unas chicas quienes anteriormente miraban a Oikawa y cuchichiaban cosas sobre lo lindo que era y sobre el rechazo que le hizo a su compañero el día de ayer.

El mayor en edad con molestia dirigió su vista a las chicas y estás pararon de hablar.

– Oye te invito a comer, toma – Tōru llevo su vista a Iwaizumi y se negó a aceptar la comida que este le daba.

pero el estómago  lo traicionó y lo hizo tomar en sus manos el pan que  le estaba ofreciendo.

Le dio una mordida a aquel alimento y con la boca llena trato de decir algo – Eto no e competation or e golpe de – Oikawa trago la comida que tenía en la boca – No lo tomaré como una compensación del golpe que me diste ayer –

– Tómalo como quieras –  hizo un mojin y luego prosiguio a seguir devorando aquel pan pues aunque la comida de la cafetería era horrible en este momento era el mejor manjar que Oikawa nunca hubiera comido.

– Tampoco te haré pases –

– No me interesa que lo hagas –

– ¿Entonces por qué me diste esto? –

– No hay razón –

– Espera, espera, espera, ¿Me estás diciendo que me invitaste a esta comida sin saber el porqué y sin pedir algo a cambio? –

– Eso mismo, ¿Hay algo malo en eso? –

– Claro que sí, normalmente me pedirias algo acambio por haberme dado esto –

– Pues yo no soy así, no voy a pedirte nada –

– No te creo –  achino sus ojos, llevando su vista al contrario.

– Tienes comida aquí – Hajime señaló la comisura de sus propios labios.

Oikawa desvío su vista del otro, pasando a limpiarse con la manga de su suéter.

– Ahora me retiro – Hajime dejo una soda y un pan de leche en el escritorio del contrario – Puedes comerte eso, yo... No tengo hambre –

Oikawa iba a rechazar aquello pero el alfa se retiró del lugar sin permitirle decir nada.

– Maldito Iwa-chan – murmuró terminado el pan que anteriormente comía.

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora