– Oikawa... ¿Estas seguro de esto?– el castaño atino a asentir.
La piel pálida de aquel chico siendo cubierta por un ligero rosa era lo que lo hacía ver tan inocente y dulce en ese momento en el que estaba sentado sobre el pecho de Hajime.
Una escena que no pensaba terminar allí...
– Iwa-chan – aquel mote, en un principio fue molesto para Hajime, pero conforme al tiempo se había acostumbrado a él, que quizás si no lo escuchará se sentiría preocupado.
Las manos del alfa recorrieron aquel cuerpo delgado y pálido por encima de la ropa, no quería dañarlo así que se mantendría al margen de la situacion.
Asustar a Tōru no era una opción.
– Me gustas – aquellas dos palabras podía desatar un borde de emociones en el moreno, y Tōru parecía darse cuenta de ello pues lo usaba en su contra.
El alfa no iba volverse loco, se mantendría al margen de la situacion, de los besos y las caricias que se daban entre los dos.
Los húmedos labios del Omega dando besitos en la piel bronceada de Hajime.
Tōru era un experto torpe.
Pese a que Oikawa fue obligado a tener sexo con su padre y otros alfas en múltiples ocasiones jamás había intentado ser el quien llevará la dirección de la situacion y eso le ponía nervioso.
Sabía que tenía que hacer pero se le dificultaba hacerlo al sentirse nervioso y avergonzado.
Sus finas manos temblorosas desabotonaron la camisa que llevaba el otro, y Hajime podía notar a leguas aquella vergüenza que sentía el Omega, se notaba demasiado que le causaba ternura.
La habitación estaba casi oscura, lo único que iluminaba era una pequeña lámpara en forma de estrella que Tōru le había pedido caprichosamente a Iwaizumi que se la comprará.
– ¿Estas nervioso?– se atrevió a preguntar lo evidente solo para apenar más al Omega que de inmediato negó terminando por desabotonar la camisa.
Iwaizumi dudo en si tomar el mando o dejar a Oikawa seguir con ello.
El miedo constante de sobrepase y traerle malos recuerdos a Tōru le corcomia así que prefirió seguir al margen, observando cada acción que hacia el otro.
El de ojos chocolatados acarició la piel debajo de él y con sus labios temblorosos dieron besitos sobre la piel.
Estaba avergonzado, demasiado que sentía que podía morir en ese momento.
Pero pese la vergüenza seguía haciendo sus acciones mientras su corazón le latía a mil por hora queriéndose escapar de su lugar.
Iwaizumi acarició aquellos cabellos del color de la nutela, y por su cabeza paso por un momento el recuerdo de Tōru sentado en el piso comiendo tostadas con nutela.
Recordaba bien esa noche.
Oikawa lo había acusado de casi matar al bodoque y a él de un susto.
Sonrio ante el recuerdo y parpadeo dos veces para aclarar su vista, mirando así al castaño enderezado en su lugar que con un puchero lo observaba.
– Iwa-chan –
Tan lindo
Pensó Hajime al verlo así, quizás la poca luz le dejaba apreciar solo la mitad de la expresión y la belleza que denotaba Tōru en ese momento.
– ¿Podrías tomar el mando?, Me siento avergonzado – admitió y terminó apuntandolo con su dedo – Se supone que eres el alfa tú debes besarme y guiarme, así que has tu trabajo – ordenó.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...