– ¿Entonces... En qué líos se metieron ambos?– el beta y el Omega se vieron entre sí y mordieron el interior de su mejilla – ¿Para que era tan urgente hablar?– Daichi terminó por fruncir su entrecejo – Oikawa... –
– ¡¿Yo?!, Que empiece Daishiō, el tiene algo más importante por decir –
– ¿Ah?, Eso es mentira –
– Bien, si ninguno de los dos va a hablar me retiro – dispuesto a irse el alfa se iba a levantar cuando Tōru le tomo de la manga de la camisa.
– Voy a mudarme –
El beta y el alfa se quedaron un tanto sorprendidos y asombrados.
– ¿Con quién?–
– Iwa- Iwa-chan – Suguru reprimió una risa al ver las mejillas de Oikawa rosadas – Quiero que me des tu permiso –
– No soy tu padre Oikawa, puedes irte cuando quieras, no voy a impedirtelo –
– Pero... Vas a quedarte solo... –
– Bueno, de hecho... No creo que pase mucho tiempo solo – recordó a él chico fresco y adorable que llevaba tiempo conociendo en la universidad y trabajo, quizás podía invitarle a vivir juntos y compartir los gastos de ese lugar.
– Lo siento –
– No te disculpes, irás con alguien que te hace sonreír, con eso soy feliz, y me alegra que volvieras a encontrarlo –
– Aún así –
Suguru paso a darle unas palmadas en la espalda a su amigo – Si sigues insistiendo harás llorar a Daichi –
– ¡Yo no voy a llorar! – defendió y se cruzó de brazos desviando su mirada.
– Claro – Daishiō reprimió una risa y Oikawa sonrió secando las pocas lágrimas que se habían asomado.
– Realmente te agradezco todo Daichi, me ayudaste cuando más lo necesite, estuviste allí cuando estuve por hacer estupideces, por ti volví a ser fuerte – Tōru se enderezó en su lugar y soltó un suspiro – Prometo cuidar bien de mi, ya no tendrás que preocuparte, ya no daré problemas, incluso estoy por aprender a usar un microondas para sobrevivir con comida pre hecha –
– Eso no me deja muy tranquilo –
Oikawa alargó una carcajada con Daishiō, recordando la vez que Tōru casi hace explotar el microondas.
– Estaré bien, Iwa-chan cuidara muy bien de mi, y yo me cuidare muy bien, además no es como si vaya a dejarte para siempre, nos veremos como siempre una vez por semana y pasaremos un lindo día –
– Bien, solo cumple lo que has dicho –
– Claro que lo haré –
Suguru desvío su mirada algo inquieto y jugó con sus propias manos preguntándose mentalmente a sí mismo ¿Como iba a decirle a Daichi su noticia?.
– Daishiō –
– ¿Umm?–
– ¿Que sucedió contigo?–
– Yo... –
– Hiro y el terminaron – interrumpió Oikawa, ya que estaba seguro que Daishiō no iba a terminar por decir la verdad.
– ¿Al fin? – cuestionó Daichi – Ya era hora, ese chico no te trataba bien, no merecía el cariño que tú le das, o el sacrificio que hacías por el –
– Daichi – Suguru tomo un poco de valor y miró al nombrado al rostro – Cuando terminamos me sentí bien... Me sentí bien de tener una excusa para dejarlo – ahora Tōru era el confundido, pues aquello no se lo había contado Suguru – Yo ya no siento amor por el... Me sentí molesto y frustrado cuando supe que se acostaba con otros, pese a ello, también me sentía aliviado y feliz –
– Quizás sea por qué ya no querías estar a su lado – opinó el alfa no muy seguro.
– Estos días lo pensé y no creo que sea eso – sin saber cómo explicarse se revolvió el cabello – Kurō me ha cuidado desde el inicio... –
– Oh no – Oikawa llevo sus manos a su boca, cubriéndola totalmente asombrado por lo que estaba concluyendo en su cabeza.
– Me he estado quedando en su casa un par de días en lo que encontraba a donde mudarme.... Y...–
– ¡¿Vas a casarte con Kurō?!– grito Oikawa levantándose de su asiento.
– ¿Que yo que? – Suguru frunció su entrecejo y tomo un cojín lanzandoselo al castaño – Idiota, claro que no, ese imbécil me rogó quedarme un par de días más así que viviré allí unas semanas... –
Daichi negó reprimiendo una risa al ver como Oikawa se quejaba por el golpe.
– Creí que te casarias con el...–
– Siquiera estamos saliendo, ¿Pretendes que me casé de la nada?–
– Quizás... ¿Acaso no recuerdas a las princesas de Disney?, Todas se casan sin llegar a ser pareja –
– Oikawa esta es la realidad – acotó Daichi.
– Da igual, Suguru no quiere tener un mundo ideal – refunfuño.
– Volviendo al tema – interrumpió Daichi – ¿Que sucede con Kurō?–
– Como dije pasaré unos días horribles con el – asintió con una sonrisa – Y para ser honestos, ese estúpido con cara de príncipe de película me gusta un poco – murmuró lo último con su mirada desviada – Por su culpa no pude enojarme tanto con Hiro –
– ¡Tenía razón!, Daishiō se casara con Kurō, no ahora pero si lo hará, lo sabía –
– ¡Oikawa cállate! –
– Pues no se me da la gana – con burla le mostró su lengua.
– Ustedes dos callence – ordenó Daichi tratando de no perder la paciencia.
Y ambos chicos obedecieron sin chistar, se quedaron con los labios pegados viendo atentos lo que diría sawamura.
– Me alegra que ambos hayan cambiado, y que progresen, espero que Oikawa pueda ser feliz, y que el mundo deje de jugar en contra de su felicidad – Tōru sonrió con las mejillas ligeramente rosas – Y Daishiō, espero que tú puedas realmente comprender que para que alguien te quiera no necesitas cambiar – Suguru asintió de acuerdo con lo que el otro decía, aunque le costara realizarlo – Les deseo lo mejor a ambos, y saben que está casa está a disposición de ambos – tanto el amargado de Suguru como el infantil de Oikawa se lanzaron a abrazar al alfa.
No era una despedida, pero se sentía como tal. Sus corazones cálidos palpitaban con rapidez, y empezaban a dudar si empezar una nueva vida era una buena idea.
– Suguru – nombró Daichi con una sonrisa de lado en su rostro – No llores –
– No estoy llorando – murmuró, haciéndose notar en su voz que estaba por quebrarse.
– ¡¡¡Daichi!!! – chilló Oikawa en un grito, y abrazo a su amigo – Te voy a extrañar – sorbió de su nariz como niño pequeño.
– Solo te mudaras... Seguiremos viéndonos – Sawamura se mantuvo al margen y calmando a ambos chicos con los que tuvo la oportunidad de convivir – Ya dejen de llorar –
Tanto el beta como el Omega asentian aunque no cumplían con su palabra pues seguían llora que llora.
El alfa termino por negar e inspiró un poco de aire tratando de relajarse y no terminar como los otros dos chicos.
– Los quiero –
– ¡Te queremos! – afirmó Oikawa y Suguru lo re confirmo asintiendo repetidas veces.
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Wenas.
Vengo a pedir ashuda.
¿Me podrían dar nombres tanto de niña cómo de niño?, Es para una tarea.Lo siento por subir esto tan temprano, ahora váyase a mimir
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...