– Eviten las comidas grasosas, sirvan ensaladas, pezcado, y vegetales –
Las muchachas asintieron ante la orden, la señora que recién entraba a la cocina miró desconcertada a su hijo, sin entender el por qué de esas indicaciones tan extrictas.
– ¿Sucede algo?– Tetsuro negó de inmediato.
– Todo está bien –
– ¿Por qué derrepente has cambiado el balance de nuestra comida?–
– No nos cae mal comer sano de vez en cuando – la mujer no se tragó aquel cuento, de igual forma no quizo insistir en ello.
– ¿Y Suguru?, Me gustaría desayunar con el – el alfa vaciló por un momento, en si contarle lo que sucedía, pero para no incomodar a Daishiō decidió buscar una excusa.
– Aún duerme –
– Es extraño... Él mayormente madruga más que tú –
– Aveces hay excepciones – se encogió de hombros en su lugar – No te preocupes por él, yo me encargaré de llevarle el desayuno – la mujer soltó un suspiro asintiendo.
– Desayunare e iré con tu padre a visitar a tus tíos, cuida de la casa en lo que no estoy – el alfa asintió viendo como su madre se retiraba al comedor.
Un suspiro se escapó de sus labios.
Ahora debía pensar que haría con Suguru... El médico ya había dado las indicaciones, también había logrado hablar con Iwaizumi para ganarse unos días fuera del trabajo, pero aún no sabía muy bien que hacer con la situacion en casa.
Negó, volviendo a la habitación donde ya se encontraba el beta pálido, con ojeras y una evidente expresión de cansancio.
– Suguru... Debes comer – cerró con cuidado la puerta tras de el.
Daishiō ya tenía tiempo desde que dejó a Hiro, quizás más de dos meses, y había logrado comer con normalidad, sin llegar a vomitar todo, quizás si estaban las molestas náuseas pero no había recaído tanto hasta hace dos días...
Tetsuro aquel día decidió invitarlo a una reunión familiar, donde su familia sin darse cuenta presionó de más a Suguru a un punto en el que comió de manera forzada.
Ahora se encontraba incapaz de meterse algo a la boca sin sentir la necesidad de vomitar todo.
– Pediré que preparen lo que tú desees –
Ya lo había llevado al médico, le dieron medicinas, le indicaron una dieta e incluso le colocaban suero para mantenerlo hidratado.
Pero el alfa seguía viendo a Daishiō totalmente desgastado y sin progreso.
Bueno, el también estaba pensando de más las cosas... No llevaba ni veinticuatro horas desde que comenzó a tomar la medicina y ya espera un progreso...
Todo llevaba tiempo.
Necesitaba ser paciente.
Vaya inconveniente.
No podía estar paciente si miraba a Daishiō tan pálido y con poca energía. El beta siquiera quería discutir, o siquiera le encontraba gracia a sus chistes o insinuaciones malas.
– Lo siento – murmuró el menor terminando por esconder su rostro entre sus piernas – Estoy causandote problemas –
Otra cosa más que le preocupaba a Tetsuro era cuando Daishiō se volvía sincero, y no temia de expresar como se sentía, eso significaba que el otro no tenía otra salida.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...