20• Tierra

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– Oh, no creo que estoy bien, no te preocupes –

– Insisto que lo mejor es que vuelvas a casa –

– No quiero –

– Oikawa –

– ¡Tú no entiendes! – frunciendo su entrecejo y alzó la voz.

Habían comenzado una nueva disputa y todo por la preocupación de Hajime, claro que estaba bien su preocupación pero Oikawa tenía también sus razones para odiar la sugerencia del moreno.

– No entiendo por qué tú no me dices que sucede, ¿Hay algo además del profesor?–

– No – mintió de inmediato el castaño y siguió caminando por los pasillos.

– ¿Hay algo mal en tu casa?–

– ¿Qué parte de la palabra no, no has entendido?–

– Oikawa...–

– Ya déjame en paz Iwa-chan, ya déjame –

– Bien, no preguntaré más –

Ambos se quedaron en silencio caminando en aquel pasillo donde ya no concurrían muchos estudiantes por qué ya se habían retirado.

Oikawa sabía muy bien que si decía la verdad podría quizás librarse del infierno que vivía pero ¿Por qué decírselo a Iwaizumi?, El no tenía por qué meterse en sus asuntos. Tampoco tenía por qué ayudarlo, después de todo siquiera eran amigos, no eran más que simples compañeros de cancha.

Apretó sus puños y con enfado consigo mismo salió de aquel lugar, caminando en silencio con el Alfa.

La tarde había caido, y empezaba a oscurecerse el lugar, poco a poco el sol los abandono dejando a la brillante luna y estrellas en el cielo.

– Lo siento, me pase –

Hajime abrió sus ojos en sorpresa no esperando aquello pero terminó por sonreír de lado y tomo la mano del Omega.

– No te preocupes yo también tuve parte de la culpa –

Nuevamente se quedaron en silencio caminando hasta sus casas.

El miedo hubiera invadido a Tōru por qué cada vez se acercaban a su casa, pero con la mano de Iwaizumi sosteniéndolo eso jamás podía apoderarse de el.

Lo que más sentía en esos momentos era una gran calma.

– Iwa-chan –

– ¿Um?–

– ¿Crees poder llevarme hoy a las estrellas?–

El alfa extrañado llevo su mirada al cielo y soltó un suspiro – Quizás –

– Quiero ir con ellas – Oikawa mordió su labio inferior observando estás – Quiero vivir tantos años y resplandecer junto a ellas –

– Tu ya tienes ese resplandor Oikawa –

– Pero estoy aquí abajo –

– Pero estás conmigo –

– Eso es lo que hace que aborrezca menos este lugar –

– ¿Tanto detestas la tierra?–

– No la detesto, detesto a las personas que lo habitan – volvió su mirada al frente – Los humanos son tan repugnantes, tan groseros, y tan poco inteligentes –

– No creo que las personas no sean inteligentes, solo no usan su cerebro –

– Lo que los hace estúpido e inferiores a los aliens –

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora