¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!

9• Condiciones

Los días pasaron y no era de lo más agradable ir con Iwaizumi a Aoba Johsai, era incómodo.

– Parecen más cercanos – le decía Hanamakki al castaño.

– Nooooooooooooooooooo todo menos eso, el y yo no somos para nada cercanos –

– Umg, al menos ya no son como en un inicio –

– Es por que el se la pasa pegado a mi –

– Muchas chicas desearían que Hajime les siguiera –

– Pues yo no soy parte de ese montón de mujeres calientes –

– Jajajajaja – Tōru soltó un suspiro y tomo agua – ¿No crees que deberías jugar con él?, Ya sé que practican ahora en los entrenamientos pero me refiero a que deberían intentar mejorar su juego juntos y tomar confianza el uno del otro  –

– No, yo creo que me va mejor solo –

– Vamos Oikawa, anteriormente jugaste con él y fue impresionante, y no creo que haya sido suerte, quizás el entrenador tenga razón y solo les falta confiar el uno con el otro –

– El es una persona que quiere rematar de la manera en la que le venga en gana, y yo no juego con personas así –

– Quizás si le explicas lo que te molesta de manera correcta el pueda corregirlo –

– Se lo dije y solo se atrevió a contradecirme –

– Quizás no se lo has dicho de una buena manera, ¿Qué tal si lo invitas a una soda luego del entrenamiento?, Podrías explicarle las condiciones que tienes para jugar a su lado, si no lo haces te quedaras fuera de los partidos oficiales – Tōru frunció su entrecejo y soltó un suspiro.

En la cabeza de Hanamakki cruzó la idea de que quizás si había convencido a su amigo para que hablara con el rematador principal.

Pero la práctica siguió igual, ambos distantes sin permitir que sus miradas cruzarán, aunque ambos se vieran con disimulo.

Cuando al fin termino la práctica Oikawa tomo sus cosas y salió de el lugar.
Iwaizumi imitó la acción y le siguió.

– ¿Qué quieres?– pregunto  parando en seco.

– Nada –

– ¿Entonces por qué me sigues?–

– Te recuerdo que mi casa está en la misma dirección –

– Ti ricuirdi qui mi cisi isti in li misma diriccion –

– Que infantil –

Tōru mostró su lengua en forma de burla mientras el otro solo le vio e ignoro.

El camino se volvió un silencio ninguno de los dos hablo y cuando Iwaizumi estaba apunto de cruzar la calle para ir a su casa el castaño le tomo del brazo.

– Te invitare a una soda, será por la ayuda que me diste la otra vez –

– No es necesario – contestó.

– Te estoy diciendo que vayamos por una soda, tú debes decir que si sin tener que rechitar –

Iwaizumi alzó sus cejas y Tōru soltó el brazo del sujeto.

– No sabes cómo pedirme una cita, que novato –  empezó a caminar en otra dirección a la que no era su casa.

– Nunca mencioné que fuera una cita, el que está aquí deseoso de tener una cita conmigo eres tu pero nunca te la daré –

– Pffffffffffff– Iwaizumi trato de no reírse pero le fue inevitable.

" Y así quieren que hable de manera normal con este maldito" pensó Tōru caminando al lado del otro.