27• Aire

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– Tōru-chan, papá siempre estará contigo... No trates de huir – la sonrisa del señor cada vez más se ensanchaba y sus ojos brillaban quizás más que la luna – Papá es tu dueño –
...

El castaño se levantó de golpe buscando bocanadas de aire para calmarse y apretó la sábana viendo hacia el frente de la habitación.

Hajime de inmediato se levantó y prendió la luz asustado y se regreso con Tōru – Oikawa, respira, vamos – le indicaba mientras el hacia ejercicios de respiración.

El castaño imitó lo que Iwaizumi decía mientras sus ojos desbordaban lágrimas.

El moreno al ver a Oikawa menos agitado lo abrazo y acarició sus cabellos tratando de calmarlo en ese momento.

Se estuvieron en silencio, y el Omega cerró sus ojos tratando de calmarse pero aquella imagen de su padre venía una y otra vez a su cabeza terminando por causarle nauseas.

Salió corriendo al baño y arrojó toda su cena.

La señora ante el alboroto se despertó preguntando que sucedía, Iwaizumi solo le indico que Oikawa estaba vomitando que le preparará algo para aliviarle el malestar.

No había mucho que pudiera hacer la señora pues no podía darle medicina no recetada o tampoco podía darle paracetamol por que eso no iba a aliviar nada.
Al final decidió prepararle un té de manzanilla para aliviarle el desastre que debía tener en su estómago.

Mientras tanto Iwaizumi acompaño a Oikawa acariciando su espalda – Todo estará bien – trato de aliviarlo pero Toru no dejaba de llorar frente al retrete.

– Lo siento – murmuró y el moreno negó.

– No es tu culpa, no es tu culpa – repitió el chico y Toru simplemente se limitaba a asentir.

Aquella noche fue la primera vez en la que Oikawa tenía aquella pesadilla.

Fue la primera vez de tantas.

...

– Iwa-chan –

– ¿Ummmmm?–

– Si tuviera el bebé... ¿Será solo mío verdad?–

– Bueno... Si decides quedartelo si –

– ¿Y si deseo que sea de otra persona? –

– Supongo que no podrás verlo... Renunciarias a ser su madre –

– ¡Oye!, No soy la madre del bodoque, yo soy el padre – Iwaizumi reprimió una risa y negó – ¿No me crees el papá?–

– Yo no dije nada –

– Pero así lo hiciste sonar así –

– Oikawa no busques pelear –

– No estoy buscando pelear –

– Claro –

– Olvídalo –

El alfa termino negando y siguió su camino junto al otro.
Ambos estuvieron un momento en silencio tomados de la mano caminando hacia casa.

Cuando ninguno de los dos hablaban pasaban el mejor momento del día.

Evitaban decirse estupideces y pelear por algo irracional o estúpido que no tenía relevancia.

– Iwa-chan, el aire está fresco... – nombró con su vista al frente.

– Demasiado para mi gusto, incluso creo que podrías enfermar –

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora