58• Quiero

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– ¿No tienes frío? – el mayor negó cómodo con el abrigo que llevaba puesto – Yo estoy muriendo – Tōru tiro del abrigo de su ahora pareja – Se lindo conmigo y préstame tu abrigo –

– Te dije que trajeras abrigo –

– Si, bien, pero dame tu abrigo – insistio tirando de el.

Hajime no se negó, se quitó el abrigo para dárselo al otro. Quizás mimaba demasiado a su novio.

Oikawa estaba confuso, no comprendía que hacían casi a media noche en una calle desierta. El alfa en ningún momento se tomo el tiempo de explicarle algo, solo mantenía su mirada en el cielo, como si fuera lo más importante.

– ¿Entonces...? – Busco llamar su atención. Se balanceo en sus talones con los brazos detrás de la espalda, viendo hacia el cielo, buscando lo que Hajime tanto observaba – ¿Qué hacemos aquí?–

Hajime se estuvo callado, cosa que le pareció extraño a Oikawa. En un suspiro el castaño recostó su cuerpo sobre el otro, se sentía cansado, tenía sueño, pese a ello había aceptado ir a un lugar desierto, aburrido y sin gracia.

– No te duermas – el moreno miró de reojo a su pareja mientras negaba – Ya va a empezar – y no se había equivocado, pues cuando Oikawa abrió sus ojos pudo apreciar algo que pocas veces se podía ver.

Un regalo de la naturaleza para el ser humano.

El cielo estaba totalmente iluminado, por las estrellas y la lluvia de cometas.

Una vista para apreciar.

Tōru tenía su boca entre abierta su nariz algo roja, sus ojos totalmente abiertos, ante la sorpresa.

No podía creer lo que sus ojos apreciaban.

El frío en ese momento fue lo de menos, incluso el sueño importaba poco en ese momento.

Estaba apreciando uno de los fenómenos más hermosos.

Con emoción salto en su lugar, se despieino mientras gritaba con emoción.

Para un fanático de las estrellas era una locura lo que tenía frente a él.

– ¡Iwa-chan!, ¡Iwa-chan!, ¡¿Puedes verlo?!, ¡¿Tu también puedes verlo?!– el castaño detuvo sus saltos tomando de la mano al otro – Es hermoso – el alfa sonrió de lado al ver la emoción en el Omega.

Amaba esa expresión de niño en su rostro, estaba completamente enamorada de ella.

Ambos se estuvieron en silencio viendo por un rato el cielo, hasta que Hajime se atrevió a tomar la palabra.

– ¿Recuerdas que prometí llevarte al cielo?– el otro asintió un tanto confuso – No soy capaz de comprarte un boleto hacia la luna en la naza, tampoco puedo dejar que te escapes y huellas hacia allá con extraterrestres – frunció ligeramente su entrecejo ante la poca probabilidad que había de esto último – Así que esto es lo más que puedo hacer... Yo no puedo llevarte a las estrellas por qué no quiero que te vayas... Pero puedo traerlas para ti – Tōru volvió a quedar sorprendido, con los labios entre abiertos.

Había tanto que quería decir y agradecer, pero en ese momento no pudo hacer mucho.

Sonrió de lado, tomo de las mejillas al alfa acariciando estas.

Iwaizumi fue el alfa que tanto necesito en su vida.

Fue aquel que le abrió los ojos, quien lo cuido, quien le trato con tanto cariño... Fue quien le demostró que la tierra no era completamente un infierno.

Por el podía darle una oportunidad más a ese mundo, podía pensar que la humanidad no estaba tan perdida como creía.

– Iwa-chan – las palabras al fin salieron de su boca – Gracias – más que un te amo, un te quiero o un beso prefirió expresar su gratitud con una palabra.

Una palabra tan usada por muchos, pero que en ese momento era la más correcta, la mas acertada.

Hajime negó desviando su mirada hacia un lado, Oikawa imitó su acción.

Los dos estaban viendo aquel cielo estrellado, con una petición en mente.

"Quiero ser feliz con el"

Cuando ambos volvieron a verse a los ojos, los dos rieron y se dieron un corto beso.

...

– Kurō siempre ha sido un mujeriego – fue totalmente sincera la mujer – Siempre causó problemas junto a Bokuto, no se tomo enserio jamás su puesto en la empresa... Eso es lo que causa tanto conflicto entre el y su padre – Daishiō frunció su entrecejo buscando procesar la información otorgada, no por que se preocupara por el alfa, si no que necesitaba contenido para poder molestarlo – Mayormente no habla de su padre, es muy resentido –

– E idiota – comento el beta fuera de lugar. La señora alzó una ceja reprimiendo una risa – Oh, lo siento, lo siento – apenado desvío su mirada rogando que en ese momento se lo tragara la tierra.

– Me alegra que estés con nosotros Suguru –  la mujer le brindó una sonrisa, y al ver que su hijo se acercaba cambio la conversación con el otro – Ordenaré que sirvan la cena –

Tetsuro solo saludo en un gesto a su madre acercándose a Daishiō dispuesto a molestarlo de alguna forma.

Para el alfa Daishiō era aquella persona que le quitaba el estrés, con la que podía relajarse, reír, finjir enojo y avergonzar con facilidad.

– ¿Cómo estuvo tu día?–

– ¿Ahora tengo que informarte todo lo que hago?–

– Más despacio, más despacio, no te estoy obligando a hablar –

– Pues bien –

– ¿No me quieres decir?–

– Estuve en el trabajo – murmuró cruzado de brazos – Vi a Oikawa... Y a Daichi – frunció su entrecejo a medida que hablaba – Aún así ¿Por qué llegas a esta hora?, ¿Con quién estabas?, Al menos pudiste avisar, pudo pasarte algo malo –

– ¿Tengo que contestar?– bromeó – Parece que Suguru-chan se preocupa por mi –

– ¡No me preocupas!, Es solo que tu madre no ha servido la cena por tu culpa, quiso esperarte –

– Oh, ¿No han cenado?, Le avise que comieran sin mi... – con una sonrisa en los labios enmarcó una ceja – ¿No será que querías esperarme para comer juntos? – rodeo el cuerpo del otro con sus brazos para apegarlo, lo aprisionó con intención de dejarlo inmovil.

El beta con esfuerzo intento mover sus brazos. Y cuando se resigno miró con enfado al otro.

– Sueltame de una buena vez –

– Vamos Suguru, lo haré cuando admitas que te preocupas por mí –

– No tengo nada que admitir –

– ¿Seguro?–

– ¿Con quién estabas a estas horas?– Tetsuro parpadeo confuso ante el cambio de tema, aún así sonrió dando un beso sobre la mejilla del otro.

– Me he quedado con Bokuto a trabajar por que Iwaizumi nos ha encargado unos papeles –

– ¿Estas seguro?–

– Puedo probarlo –

– No es necesario, igualmente no me interesa – el gatuno reprimió una risa volviendo a dar un beso en su mejilla.

– Cálmate amor – el menor frunció aún más su entrecejo, e intento ejercer más fuerza para safarse.

– ¡Tú!... I-idiota – bajo su mirada con sus mejillas rojas.

La sensación de ser incapaz de verlo a los ojos le invadió. Llevaba tiempo si sentirse así con alguien, su corazón latió en un ritmo acelerado.

Agradeció cuando la madre del mayor apareció indicando que fueran a cenar. Tetsuro hizo un puchero terminando por soltar al beta. Este último con enfado le dio una patada en el trasero.

– Vuelve a decir una estupidez así y te irá peor – fue lo último que dijo antes de adelantarse al comedor.

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Wenas. Diré que ls canción de hoy es Serendipity de BTS.
La estaba escuchando y me imaginé a Iwaizumi cantando la para Oikawa ❤️
En fin, hasta luego (?)

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora