61• Rosas

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La alarma sonó cómo era de constumbre, Tetsuro con pereza se removió en las sábanas, tenía pocas ganas de ir a trabajar.

Ya se encontraba Daishiō desde la cama lanzándole una almohada – Tienes que trabajar – murmuró sin ganas de levantarse.

–  No quiero –

– Si lo haces quizás acepte besarte – hablo sin pensar el beta envuelto entre las sábanas.

Y aquello fue un aliento para Tetsuro pues no tardó mucho en levantarse del suelo cargando con sigo la almohada que el otro le había lanzado.

Con sus mejillas ligeramente rosas se sentó en la orilla de la cama, estaba nervioso.

Algo extraño en el.

Normalmente el es el ofrecido, el que siempre busca provocar a otros.

Pero en ese momento se sentía ancioso, como si fuera a recibir el mejor regalo.

Claro, toda aquella sensación cambio a una de decepción al escuchar a Suguru roncar de nuevo.

Frunció ligeramente su entrecejo, el otro acababa de engañarlo de nuevo.

Negó con una sonrisa y se acercó a darle un beso en la mejilla.

Lo único bueno de despertar temprano era poder ver al otro plácidamente dormido, sin quejarse o hacer expresiones de molestia.

Se veía hermoso dormido, aunque también se veía bello con el entrecejo fruncido luego de que el le dijera algo insinuante.

– Descansa – murmuró antes de levantarse.

Aquella mañana no podría cuidar de el, pese a ello sabía que su madre se encargaría de sacarlo de la habitación y hacerlo que se anime más.

Al bajar las escaleras al primer piso pudo toparse con la mirada de su padre.

Era inusual verlo en casa, también era algo molesto.

Prefirió finjir que no le había visto siguiendo su paso hacia la cocina para tratar de alcanzar a comer algo, y lo hubiera logrado si su padre no le hubiese interrumpido.

– Regresa temprano a casa hoy... Hay una cena importante en la que necesito que estes presente –

Rodó los ojos con molestia.

Su noche también acababa de ser arruinada, ya no podría molestar a Daishiō en la noche en lo que veian una película de Disney en el televisor.

– Bien –

Pese a desear tanto pasar tiempo con Daishiō prefería no sacar de sus casillas a su padre y llevar la fiesta en paz, por lo que decidió obedecerle.

En la cocina se limitó a sacar un envase pequeño de yogurt, tomo el recipiente que Daishiō y el habían preparado la noche anterior, que consistía de unos sándwiches.

Los dos habían prometido comerlo. Suguru lo hizo la noche anterior frente a él ahora el debía cumplir con su promesa.

Aveces solía cocinar con el otro, cuando tenían tiempo libre el beta le enseñaba un par de cosas de cocina, y así aprovechaba para que Daishiō comiera, aunque no iba a negar que estaba aprendiendo a cocinar.

Se dirigió de nuevo a la habitación, busco ropa se metió a duchar y se vistió, al salir para su  sorpresa el otro ya estaba sentado en la cama viendo televisión, cambiando de canal en lo que se bebía el yogurt de Tetsuro.

– ¡Hey!, Era mi...– su expresión de reclamo cambio, terminó por sonreír, le alegraba verlo comer más por su cuenta.

– Creí que te habías ido ya –

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora