40• Te Amo

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– Pasa –

– ¿Vives aquí?–

– Bueno, no es una enorme casa pero al menos es cómodo y puedo pagarlo – el castaño se encogió de hombros en su lugar y se quitó el abrigo dejándolo en el sofá.

– ¿Con quién vives?– de inmediato el alfa había identificado el olor de otro alfa en la casa y le era molesto por qué el olor se mezclaba con el de Tōru.

– Es un ami... No tengo por qué darte explicaciones – Oikawa se cruzó de brazos y alzó una ceja sin apartar su mirada de Hajime – ¿De que quieres hablar?, Dudo mucho que quieras hablar de con quién vivo o qué hago con mi vida –

– De hecho...–

– Si es para eso puedes salir de mi casa –

El moreno solto un suspiro y alzó su mirada – ¿Por qué te fuiste?–

Oikawa paso por dos expresiones, una de confusión, y una molesta.

¿Realmente Iwaizumi le estaba preguntando por eso?.

– Tu sabes bien la razón –

– No, no la sé, nunca me la dijiste –

– ¿Necesitas que sea más claro?–

– claro que si –

Tōru soltó una risa burlesca y negó – No puedo creer tu descaro, Hajime, mataste a mi hijo, y tuviste el descaro de mentirme incluso ahora mismo – el castaño dio un paso hacia atrás – ¿No te cansas de mentir?, Por qué yo ya estoy cansado de ello –

– No es como crees – defendió de inmediato.

– ¿No es como creo?, Tu mismo le has dicho a tu madre que por tu culpa mi pequeño murió – lo apunto con su dedo y el alfa intento acercarse en un intento de arreglar las cosas pero Oikawa terminó retrocediendo más – Déjame, estoy bien sin ti, no te necesito –

Hajime negó y tomo de las muñecas a Oikawa y este último término con la espalda contra la pared.

– Solo escúchame –

– No – murmuró el castaño que cerró sus ojos con fuerza negándose a oírle decir una mentira u excusa.

– No es como tú crees...–

– Mientes – sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, estaba teniendo de nuevo una crisis, los recuerdos en los que podía ser feliz con un beso y un gesto de Iwaizumi venían a atormentarlo– Déjame Iwa-chan, te lo ruego –

– Pero Oikawa... –

– Vete, no quiero verte, al menos no hoy, no ahora –

– Tōru...–

– Déjame Iwa-chan, hablaré contigo después –

– Huiras Oikawa, volverás a hacerlo –

– ¡Claro que lo haré!– alzó la voz el Omega – Lo haré, lo haría sin dudar, quiero estar lejos de ti, tu solo me dañaras, me mentiras –

– Oikawa mírame –

– No, no lo haré, no quiero verte –

– Oikawa – el castaño siguió negándose pero pese a ello terminó abriendo ligeramente sus ojos, y sus muñecas empezaron a tener más flojo el agarre – Mírame – murmuró el alfa que se enbobaba de la misma manera en la que Tōru lo hacía.

Se habían lastimado, quizás uno más que el otro, y no sabían perdonar o no querían tratar de entender.

Por qué quizás el saber todo era mucho peor que saber nada.

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora