Luego de una buena siesta Tōru despertó, y vaya que había dormido bastante, incluso podía jurar que era la primera vez en años que dormía así de tranquilo sin escuchar reclamos de su padre o escuchar las súplicas de su madre.
– ¡Despertaste!– la señora Iwaizumi sonrió ampliamente y se sentó en la orilla de la cama – Hajime-kun fue por algo para la cena –
–¡¿Cena?! – a este se le fue el alma al escuchar aquello.
Seguramente su padre lo mataría cuando regresara.
– Si... – contestó la señora – Bueno, dime ¿Ya te sientes mejor? –
Oikawa asintió pues el dolor de cadera ya no era tan fuerte, de hecho se atrevería a decir que ese dolor ya ni existía.
– Me siento bien –
– Qué alivio – la mujer parecía haberse quitado un peso de encima – Lo siento, no creí que Hajime-kun sería tan brusco –
– Eh...–
– Lamento que el se comportará de esa manera pero no te enfades con el, quizás fue mi culpa por no hablar con el respecto a esos temas –
Ahora mismo Oikawa estaba perdido, no sabía en qué punto de la conversación esto se había vuelto confuso pero había algo que si sabía y era que no entendía en nada a la señora Iwaizumi.
– Disculpe realmente no se de que está hablando –
– ¿Eh?, Creí que salias con Hajime-kun –
En ese momento de quedó estatico, ¿El y Hajime?, No, no, no, ese sujeto era despreciable, ni loco podía enamorarse de el.
– Realmente el y yo no somos nada más que compañeros en el equipo de voleibol –
– Oh vaya, creí que tú y él...–
Tōru negó de manera inmediata – El y yo no tenemos siquiera una relación de amistad, lamento arruinar sus espectativas señora –
– ¿Eh?, No te disculpes – la mujer nuevamente parecía nerviosa – Realmente yo debería pedirte disculpas Tōru-chan – el castaño aligero su rostro y envidio a Hajime por tener una madre tan linda.
– ¿Sucede algo? – pregunto alguien extra quien entraba por la puerta de su habitación.
La mamá de Hajime parecía totalmente nerviosa y sin saber que contestar así que Oikawa fue quien contestó.
– Ella solo pregunto si me sentía mejor –
– Ya veo – como era de costumbre tenía esa mirada sería, la mujer en aquella habitación se levantó de la cama.
– Iré a preparar la comida, ¿Te quedaras a comer Tōru-chan? –
El castaño lo pensó y pues su padre ahora mismo debía estar enojado así que ¿Que más daba si se tardaba más?.
– Sería un gusto – la mujer sonrió y se retiró a preparar algo para la cena.
El silencio invadió la habitación pues si era cierto que Oikawa y Hajime nisiquiera eran amigos, quizás solo eran conocidos que compartían el mismo lado de la cancha.
El moreno tomo asiento en la silla que tenía cerca de el escritorio de su habitación.
– Tu madre es genial –
– Lo se –
– No se parece para nada a ti – Oikawa se quitó las sábanas de encima – Tú tienes una actitud horrible, pero tu madre, ella es tan buena – al final termino levantándose de la cama, estirando sus brazos.
– No era necesario que lo remarcaras tanto –
El castaño se encogió de hombros y camino por la habitación como si estuviera de tur.
– ¿Te gusta Godzila? – Hajime asintió no tan seguro de su respuesta – Que patético y aburrido –
En ese momento el alfa estuvo por levantarse de la silla y darle un golpe al chico pero aguanto sus ganas por que era Oikawa y a el por más que quisiera replicarle algo no lo haría pues sabía que siempre terminaba en discusión.
– ¿Tú tienes un gusto por algo?– Tōru se giró y llevo su vista al contrario.
Los ojos de Oikawa reflejaban emoción por poder contarle a alguien que le gustaba realmente.
– Los aliens – Iwaizumi rio en sus adentros pero no lo demostró pues sabía que si lo hacía el otro podría molestarse con él – Son geniales, ¿No lo crees? –
– Así que aliens... – murmuró.
– Claro, ellos tienen una tecnología mejor que la nuestra, ellos son... – le faltaban las palabras para expresar algo que tanto le gustaba – Son los únicos que viven fuera de este mundo de mierda – de apoco se le desvaneció la sonrisa y se sentó en la cama del dueño de la habitación – Quisiera ser un alien, sería el más sexy de todos – Hajime trato de ocultar su risa pero no pudo – ¿Que?, ¿Acaso no crees que sería el más sexy?– Tōru también empezó a reír – Quiero irme de este mundo y estar allá en el cielo donde todas las estrellas resplandecen, donde los aliens viven en paz fuera de las estúpidas espectativas del planeta tierra –
– Oikawa –
– ¿Umg?–
– Te llevaré a las estrellas –
El castaño se levantó de golpe de la cama y se acercó a Iwaizumi – No puedes hacer eso Iwa-chan, si de por si ir a la luna es complicado –
– No me importa cuan difícil sea, yo te llevaré –
A Tōru en aquel momento se le escapó una sonrisa de lado pero nuevamente su personalidad retorcida arruinó el momento – Los egocéntricos, perdedores como tú no van a las estrellas Iwa-chan – mostró su lengua en forma de burla y el moreno se levantó de la silla solo para mirar desde (casi ) el mismo tamaño a Tōru.
– Esto entonces será un reto –
– Ah ¿Así que un reto?, Está bien, como quieras –
Cuando Iwaizumi estuvo por llevar sus manos a las caderas de Tōru la voz de su madre se escuchó.
– Chicos vengan a ayudarme con la cena, por qué si no terminaré muy tarde –
– Ya vamos – dijo en casi un grito.
Tōru no se había percatado de lo que anteriormente estaba por hacer Iwaizumi así que no distinguio nada inusual.
Ambos chicos prosiguieron a bajar las escaleras, uno con una sonrisa incrédula y la energía a mil y otro preguntándose el ¿Que estaba apunto de hacer?.
Luego la señora Iwaizumi junto a los otros dos chicos cocinaron una cena bastante buena, pues Tōru nuevamente podía jurar que era la comida más deliciosa que había probado en lo que llevaba de vida.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...