Viernes por la tarde, habían pasado dos días luego de que Tōru le demandará a Hajime ser su rey, era algo tonto y quizás todos lo tomarían a broma pero para el alfa era como una declaración por parte del otro.
– Iwa-chan – el nombrado seguía en su cabeza imaginando aquellos castaños cabellos siendo movidos por el aire y la brisa – Iwa-chan – por otra parte estaba Tōru quien hacia un puchero en protesta – Iwa-chan – y hasta que sarandeo al moreno obtuvo su atención – Te estoy hablando –
– ¿Ah?– alcanzo a decir y Oikawa terminó por cruzarse de brazos.
– ¿Podemos ir por un pan de leche?, Tengo ganas de uno –
– ¿Nuevamente los antojos?– el Omega asintió – Bien, entonces iremos por el –
– Gracias –
Ambos caminaron hacia la cafetería en silencio, pero no era un silencio incomodo, por qué ambos se sentian a gusto sin decir nada. Todos los observaban de reojo en la preparatoria, y como no si ambos iban tomados de la mano denotando tanto cariño y aprecio.
Aunque ellos mismos nunca se dieran cuenta de ello.
....
– Oikawa – Hanamakki se sentó a hablar con en castaño dejando su práctica de ese día a un lado – ¿Qué sientes por Iwaizumi?–
– ¿Por Iwa-chan?– Tōru llevo un dedo a sus labios dando ligeros golpecitos – Lo aprecio mucho, y lo quiero, es muy bueno conmigo –
– Comprendo... Pe- – y se vio interrumpido por el mismo castaño.
– Mi corazón late muy fuerte últimamente cuando estoy con el... Y la vez que me beso... Realmente me gustó –
– ¿Ya se han besado?– este parpadeo sorprendido y Tōru asintió.
– Nos besamos y se sintió bien –
– ¿No te gusta Iwaizumi?–
– Me gusta – afirmó con una sonrisa y su corazón se sintió cálido de inmediato – El es perfecto – sus mejillas enrojecieron y su rostro mostraba tanta felicidad que el beta hubiera deseado poder enmarcar aquella belleza en una fotografía – Pero es complicado –
– Oikawa... ¿Por que es complicado?–
– Odio a los alfas – su sonrisa poco a poco fue esfumandose.
– ¿Es por lo que sucedió con el profesor?– Tōru nego – ¿Entonces qué sucede?–
– Makki realmente desearía decírtelo –
– ¿Tiene que ver con tu embarazo?–
Oikawa asintió y llevo su mano a su vientre – Los alfas son malos –
– ¿Iwaizumi lo es?– el Omega negó de inmediato.
– Iwa-chan es una excepción –
– Bueno si es una excepción ¿Por qué no decirle que te gusta?–
– Por qué tengo miedo Makkih-chan –
– El miedo se esfumara por qué tú corazón se encargará de desvanecerlo... Cuando alguien se enamora y ama de verdad sueña y siente que vive, todo toma color, y el miedo, odio y rencor pasan a segundo plano – el de cabellos rosas acarició los cabellos de Tōru – Date la oportunidad y verás que Iwaizumi te cambiará la vida –
....
– ¿De que hablaban tú y Hanamakki?–
– Cosas triviales – murmuró llevando su mirada a su mano entrelazada con la del otro – Iwa-chan –
– ¿Umm?–
– ¿Tu amas a alguien?–
– Claro que sí –
– ¿Por qué?–
– Por qué es tan bello y no solo físicamente, también está roto, así que tengo que cuidarlo, aunque aveces es grosero e infantil paso un buen rato con el, me hace sentir lleno, con el a mi lado todo tiene color –
– Ya veo –
El silencio se hizo presente y Tōru empezaba a cuestionarse en su cabeza ¿Cómo se sentía el con Iwaizumi?, ¿También veía esos colores, esa felicidad?.
Cerros sus ojos por un momento dejándose guiar por el moreno. Le tenía confianza siempre le cuidaba, nunca le dejaba caerse y no lo abandonaba.
La brisa sobre su rostro le trajo calma, y el calor de la mano de Hajime sosteniendo la de él le hacía sentirse feliz, su corazón se llenaba de alegría por ello.
Abrió ligeramente sus ojos y sonrió, todos los colores eran bellos, unos brillantes unos sutilez y suaves, unos fríos y otros cálidos, una paleta completa de colores.
Llevo su mirada a Iwaizumi quien parecía sereno y calmado. Realmente era hermoso con aquellas mejillas cubiertas de un ligero rosado ante el frío, y su nariz con un rojo suave.
Su cabello puntiagudo y su piel que denotaba una suavidad inmensa.– Iwa-chan – el moreno se giró a verlo, con curiosidad.
El color de esos ojos jade, que representaban por si solos un bosque lleno de vegetación le causaba tanta calma y denotaba tanto cariño.
– ¿Sucede algo Oikawa?–
Su voz tan varonil pero calmada que mostraba de inmediato una sutil amabilidad.
Era realmente placentero ser llamado por aquel alfa, incluso demasiado, que su piel se estremecía.
– Me gustas – sus labios se movieron y pronuncieron unas palabras que contenían un gran peso y abundante emoción.
Y como era de esperarse el alfa se vio sorprendido por algo así de repentino, no lo esperaba pero tampoco quizo arruinar el momento así que solo le sonrió y acaricio la mejilla del contrario.
Ambos se sentían llenos y complementados por el otro.
El mundo tenía color, calidez y unos toques de frío que les hacía querer unirse más.
Sus corazones latían con calma, dejándose inundar por los sentimientos que se transmitían en el momento.
Y sin darse cuenta ambos se encontraban besándose, llevando nuevamente a Oikawa a explorar aquella galaxia llena de estrellas brillantes y bellas que rodeaban los sentimientos de ambos chicos de 17 años.
Eran unos jóvenes torpes que estaban aprendiendo a amar, y se dejaban llevar por el cariño y calidez que sentían con un roce o una caricia que se daban sus labios al unirse.
Aquel beso no fue uno de deseo o de lujuria, y tampoco fue el primero que se daban, pero para ambos era especial por qué acababa de marcar un antes y después en la relación que mantenían.
Pasaron de ser compañeros a buscar algo más que los llenará y saciará, algo que los hiciera complementarse.
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Siempre digo que escribo como me siento y pues... Tenía ganas de expresar tanto cariño así que salió esto, ya que.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...