11•Matsuhana

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Hanamakki se sentó frente a Matsukawa en una de las mesas de la cafetería como comúnmente lo hacían.

- ¿Sabes por qué pelean Oikawa e Iwaizumi? - pregunto de la nada.
El de cabellos oscuros alzó su mirada y negó.

- No lo sé, pero parece que no es una de sus típicas peleas -

- Quizás nuevamente hayan peleado por los estereotipos de Oikawa -

- ¿Estereotipos? - cuestionó mientras metía un bocado de comida a su boca.

- Para Oikawa todo alfa es malo - murmuró.

- Eso no es cierto, yo no soy malo - se defendió de inmediato.

- Lo se, pero parece que el no entiende que no todos son iguales -

-- ¿Le has dicho que también soy alfa?- Makki negó de inmediato.

- No lo he dicho, pero supongo que lo sabrá por qué si logra oler tus feromonas supongo que no tendrá algún inconveniente -

El de cabellos negros fruncio su entrecejo, tomo la caja de jugo que tenía sobre su mesa - No todos los alfas somos injustos o groseros, quizás algunos dan una mala experiencia pero no significa que...- negó - Olvídalo, no amarguemos nuestro almuerzo - Makki asintió no muy seguro de ello y prosiguió a comer.

- Hoy... ¿Irás conmigo a casa? -

- Claro, ¿Hoy no estan tus padres, no?- sonrió ampliamente - Tendremos tiempo para ambos - alzó sus cejas incinuante.

- Supongo -

- ¿Sucede algo? -

- No, no es nada -

- ¿Seguro?, Te ves decaído -

- Solo me siento mal por Oikawa - mintió.

- Bien como tú digas - este se levantó de su asiento y sonrió ampliamente al ver a una alfa de buenos atributos - Nos vemos luego cariño -

- Nos vemos - murmuró con el corazón roto pues el mismo había visto como Matsukawa desnudó con la mirada a aquella alfa - Sabía que un beta no iba a satisfacerlo - murmuró para el, pasándose una mano por el rostro - Y aún así me enamoré -

Por su parte el otro dejo su bandeja en cualquier otra mesa y camino hasta donde estaba la mujer, tocó los cabellos de esta y le comento lo bella que se veia.

- ¿Te intereso, no? - pregunto la mujer sin tantos rodeos.

- Parece que eres muy acertiva -

- Vayamos a un lugar un poco más privado y podría darte lo que quieres - el de cabellos negros con una sonrisa asintió.

- Nos entendemos, sígueme - le pidió y esta siguió al otro.

Makki se limitó a observarlos desde su lugar hasta que los vio retirarse, se levantó y los siguió hasta el salón de música.

Dentro del lugar se encontraban Matsukawa besando desesperado a la mujer y esta le correspondía de la misma manera.

De besos pasaron a roces y caricias hasta llegar a la penetración, en la cual la mujer empezó a gemir sin reprimir aquellos sonidos.

Makki desde atrás de la puerta estaba sentado en el suelo escondiendo su rostro en sus rodillas mientras lloraba y se lamentaba de haberse enamoradode alguien así de imbécil.

Imagino a aquella mujer completamente complacida, siendo besada y callada con cada embestida brutal de las que el mismo ya habia experimentado en repetidas ocasiones.

Se limpio el rostro y guardo calma cuando escucho a la mujer alfa llegar al orgasmo pues sabía que Matsukawa luego de correrse tanto el como su acompañante tiraba a la basura lo demás.

El de cabellos rosas se hizo aún lado para que el más alto saliera y asi fue luego de unos cinco minutos salio y se sorprendióal ver al otro, pero de igual manera actuó natural.

- Hola cariño, ¿Vamos al entrenamiento o nos vamos directo a casa?- pregunto sin descaro alguno, luego ayudo al menor a levantarse.

- Vamos a casa - contestó tratando de finjir una sonrisa.

El mayor beso los labios del otro y le sonrio - Te amo, vayamonos de aquí -

Makki asintió e ignoro técnicamente todo lo que su acompañe había hecho con aquella mujer en la habitación.

- Hoy quiero intentar algo nuevo - explicó el de cabellos negros que caminaba al lado del otro.

- ¿De que se trata? -

- Será un sorpresa - sonrió aún más y camino junto al otro a su hogar.

- Mis padres volverán mañana -

- Bien, entonces tenemos el tiempo suficiente como para hacerlo unas tres veces - Makki sonrió animado y asintió.

Cuando llegaron a la casa el menor abrió la puerta y dejo ingresar al mayor.

- Iré a la habitación y prepararé todo, tu ve a ducharte - le informo y se dirigió a la habitación no de Makki si no la de los padres de este pues la cama era más grande y saco de su mochila los juguetes que usaria para su nueva experiencia sexual.

Mientras Hanakki obedeció y se dirigió a darse una ducha en el baño de su habitación.
Este se arregló y dejo oloroso su cuerpo, alegre penso que tal vez ese día lograría convencer a Matsukawa en hacer algo más cariñoso de lo que comúnmente hacían pero su sorpresa fue grande cuando entro a la habitación de sus padres y se encontró con dos esposas en la cama y un látigo a un lado.

- ¿Listo para mí nuevo experimento cariño?- este relamio sus labios y se acercó al de cabellos rosas besándolo.
El último nombrado no correspondio ningún beso pues seguía sorprendido por todo - ¿Sucede algo?- pregunto apartándose un poco de él.

- No creí que haríamos algo así...-

Matsukawa ladeó la cabeza - Si no te gusta no hay problema - Makki soltó un suspiro de alivio - Buscaré a otro que ocupe tu lugar y ya - se encogió de hombros.

- No lo hagas - dijo de inmediato este - Yo lo haré, yo no te negaré nada -

- Por eso me gustas tanto Hanamakki, tu nunca me negarias nada - volvió a besarlo pero está vez fue correspondido de manera pasional cosa que encendió mas al más alto el cual era un chantagero que jugaba con los sentimientos del otro, y el menor como idiota caía en todas las palabras del mayor pues era muy tonto para fijarse que hacía mal en obedecerle a Matsukawa en todo, por que este solo lo utilizaba como un juguete sexual más al cual podía desechar cuando se volviera tedioso y molesto.

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