¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!

46• Valorarse

– Tienes un olor diferente –

– No lo había notado – murmuró el Omega con cierto temor que poco a poco fue haciéndose presente en sus fenomonas.

– ¿Quieres verme la cara de imbécil?–

– No, para nada, no se trata de eso –

– ¿A quien estás viendo?– Akashi se quedó en silencio, vaya error – ¡¿A quien estás viendo?!–

– Es-Estoy – y siquiera alcanzo a terminar de hablar por qué el primer golpe se hizo presente en su rostro.

– ¡¿A qué alfa estás viendo?!–

Akashi nuevamente se quedó callado, pero no por qué quisiera, si no que el nudo en su garganta y las lágrimas que derramaban ante el fuerte golpe lo tenían pasmado.

Konoha no hacía más que enojarse y alterarse cada vez más.

Paso una mano por su cabello, acomodandolo sin darse cuenta y su mirada viajo impaciente por la sala de la casa.

– Akashi – hablo en un tono fuerte y firme para hacer de menos al contrario – ¿A quien estás viendo?, ¿Piensas que puedes dejarme?– Keiji negó con la mirada clavada en el suelo.

El alfa lo tomo del mentón y lo obligó a verle a los ojos – ¿Por qué tratas de huir?, Si ya sabes que no tienes oportunidad de escapar... ¿Por qué lo intentas?– Keiji tragó en seco.

Tenía razón, la oportunidad de escapar no estaba, su cuerpo estaba a disposición del alfa que tenía como pareja.

– Lo siento – se disculpó a penas, sin estar seguro de que lo que hacia estaba mal.

– ¿Lo siento?, ¿Quieres que acepte eso?, No, tu sabes que sucede cuando desobedeces, ¿Verdad?– Akashi cerró sus ojos con miedo, quería salir de allí.

No quería ser lastimado de nuevo, tampoco quería que le castigarán.

– No hice nada malo –

– Oh y tienes el descaro de mentirme y querer verme la cara de idiota – asintió y con enfado apretó más su agarre en el mentón del otro – Cállate, no tienes derecho alguno de mentirme, maldito Omega – arrugó su nariz con enfado y con brusquedad soltó el mentón contrario, pasando a tomarlo del cabello. Tiro de el y lo guió hacia la habitación que compartían.

– Konoha – hablo suave Akashi con sus ojos brillantes que amenazaban con llorar.

Estaba asustado, nunca podía dejar de tenerle miedo a Konoha, a esos ojos tan fríos y amenazantes.

Trago duro y con miedo dio unos pasos hacia atrás cayendo sobre la cama. El alfa tenía la misma mirada de la última vez...

Definitivamente iba a golpearlo.

– No lo hagas por favor –

– ¿Ahora vas a ordenarme que hacer?– Keiji negó y sorbió de su nariz.

¿Cuando fue la última vez que Konoha se había comportado bien con el?.

Apostó todo por aquel alfa, decidió quedarse con el pese a no ser marcado, ¿Y todo para que?, ¿Para ser tratado como la escoria?...

...

– Akashi –

– ¿Umm? –

– Me gustas – el silencio los acaparó.

Ambos sentados en las gradas, ambos sudorosos luego de una larga rutina de entrenamiento con el tan enérgico Bokuto Koutarō.