– Siempre es lo mismo – refunfuño Tetsuro con su vista al frente.
Ya estaba harto de ver chicas y chicos omegas que alcanzarán las espectativas de su madre.
¿Acaso ella no podía comprender que le gustaba ser libre?, Se sentía bien ser uno de los solteros más codiciados por su fortuna y belleza.
No quería perder ello.
No se sentía orgulloso de lo que era pero tampoco le interesaba que opinaba su familia o personas a su alrededor.
Pero a su madre le importaba tanto su reputación que le ordenaba a su hijo formalizar una relación, y le pedía que saliera específicamente con un Omega, aunque también le dio la libertad de escoger una chica alfa. Pues solo necesitaba dos requisitos para que esa persona saliera con su hijo, y eran:
Que sea capaz de darle nietos.
Y que sea lo suficientemente obediente hacia cualquier cosa que se le diga.Técnicamente la señora necesitaba a alguien que pudiera manipular y persuadir.
Kurō ya estaba cansado de lo mismo así que solo se presentaba a las citas, si le parecía interesante la persona se acostaba con el y la olvidaba.
Y al ver en el interior de aquel restaurante al de lentes y cabellos rubios de inmediato pensó que lo llevaría a un hotel de por allí cerca.
– Hola – saludo con una amplia sonrisa que aparentaba ser amable – Tu debes ser Kei –
El nombrado alzó una ceja y terminó por asentir sin mucha gana.
– Tu eres el alfa con el que quieren comprometerme –
– ¿Compromiso?, Yo no he dicho nada de compromiso, estamos aquí solo para cenar ¿No?–
El rubio seguía teniendo aquella expresión de pocos amigos, que de inmediato reflejaba frialdad.
– Dejemos las cosas en claro desde un inicio, No estoy interesado en comprometerme, así que solo cenaremos y volveré a casa diciendo que me rechazaste y rompiste el corazón –
– ¿Por qué tengo que ser el malo de la película? –
– Por qué los alfas siempre son los malos ¿No?– Tetsuro arrugó su nariz con desagrado, le molestaba ese punto de vista pero no le dijo nada al respecto.
– Bien como quieras, tú tampoco me agradas, siquiera para acostarme contigo –
– ¿Quien dijo que me acostaria contigo?, No soy imbécil, no soy cualquier Omega –
– Se nota que no eres cualquier Omega, eres tan amargo, más que un limón –
Kei ya no le contesto y chasqueo la lengua, luego tomo la carta con el menú y se dedicó a pasar el tiempo pensando en que comería en ese momento.
El silencio que permanecía en esa mesa hizo que Tetsuro logrará oír los murmullos de las demás mesas con personas teniendo una cena agradable, mientras él estaba sentado con la persona más amargada y aburrida en el mundo.
Desvío su mirada a la mesa de al lado y allí se encontraba un chico alto de cabello negro quien hablaba cómodamente con un chico de cuerpo más pequeño y delgado, se notaba a leguas que era un Omega.
Le parecía interesante como el que parecía Omega le contestaba de manera tosca pero cariñosa al otro, quizás debió ser un Omega igual de amargado que Kei, solo que el quizás estaba tan enamorado que se mordía la lengua para no ser grosero.
Frunció su entrecejo con enfado, ¿Por qué el no podía tener a un Omega así?, Si no que estaba cenando con un Omega tan frío y directo.
El chico que estaba en la otra mesa se levantó, quizás solo había medio tocado su comida.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...