17• Un Día Mas

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– Oikawa levanta tu trasero –

– Unhg – el castaño siguió tirado en la cama sin mosquearse ante las palabras de Hajime.

– Llegaremos tarde por tu culpa –

"No quiero regresar a la realidad" pensó Tōru al escuchar a Iwaizumi.
Y con toda razón no quería regresar, sabía muy bien que ese día podría ir bien en Aoba pero todo iba a cambiar cuando tuviera que ir a casa.

– Oika...– siquiera termino de hablar por qué el nombrado se removió en la cama dando vueltas en ella hasta caer al suelo.

– Auch, maldito Iwa-chan –

– ¿Ah?, ¿Ahora yo soy el culpable?– cuestionó confuso y se acercó al otro ofreciéndole su mano para levantarse.

– Puedo hacerlo solo – volteó la cara y se levantó sin la ayuda, ahora estaba molesto y técnicamente por nada.

Hajime rodó los ojos y negó – Como sea, cambiate de ropa y baja, mi madre ya preparo el desayuno – y solo por aquello el castaño se apresuró a desvestirse y sin vergüenza alguna. Busco su uniforme y se lo coloco.

Hajime negó con un rubor en las mejillas y salió de la habitación para ayudar a su madre a servir el desayuno.

Aquel momento en el que comieron fue tan tranquilo que Tōru seguía deseando quedarse en esa casa para siempre.
Allí podía sentir el cariño, la amabilidad, el aprecio que en su hogar jamás encontraba.

Era una lástima que su familia no fuera la de Iwaizumi.

Era una lástima no vivir en aquella casa.

Era una lástima tener que bajar del cielo al infierno.

– Ya nos vamos – aviso Hajime tomando su mochila, Oikawa se despidió de la señora tomando también su mochila.

– Ven cuando quieras Tōru, aquí siempre serás bien recibido –

– Gracias – se sentía bien, cálido, querido... Ojalá pudiera volver.

– Oikawa –

En el camino iba callado hundido en sus pensamientos, imaginando que cuando volviera a casa volvería a su infierno.

No quería volver con su madre, claro que no, ella no lo veía como su hijo, lo veía como un enemigo, estaba seguro de eso....
Su padre posiblemente volvería a obligarlo a tener sexo, lo iba a golpear por no haber estado en casa... Ese día no podía ser bueno para nada.

De solo imaginar aquello su cuerpo palideció y la mano que tomaba la de Iwaizumi tembló indicándole que tenía temor.
Sus ojos amenazaban con empezar una tormenta.
No quería volver a ese lugar, no quería ser golpeado y tener que ocultarlo al día siguiente, no quería fingir que estaba bien, no cuando realmente no lo estaba.

– Oikawa – 

Detestaba su apellido, no quería ser llamado así, era doloroso, se sentía asqueroso solo con solo escucharlo.

Sus náuseas amenazaban con empezar y no quería devolver su desayuno, se sentía mal, fatal, pero no podía decirlo, tenía que aguantar.

– Oikawa, ¿Que te sucede?–

"No es nada fuera de lo normal" pensó el castaño quien se negó a decir alguna palabra.
No quería preocupar a Iwaizumi, el era alguien bueno, no tenía por que estar cuidando de un desastre como el.

Hajime al no encontrar respuestas detuvo su paso y cargo a Tōru sentandolo en una banca del lugar por el que pasaban.

"No hables"  pensó de inmediato Oikawa, se negaba a decirle todo, iba a causar muchos problemas, el no quería ser una carga.

Entonces... ¿Por qué tuvo la necesidad de abrir su boca?.

– Iwa-chan, estoy mal – fueron sus palabras y gimoteo sorbiendo de su nariz.

Hajime lo tomo de las mejillas y limpio las lágrimas que desbordaban de sus ojos chocolatados.

– ¿Que sucede, Tōru?–

– No quiero volver a casa, no quiero volver con mamá, no quiero a papá, no quiero tener náuseas, quiero sentirme bien –

Iwaizumi se vio asustado por ello, no sabía que le pasaba a Tōru pero sentía que si preguntaba iba a alterarlo más e iba a asustarse aún más.

– Bien – saco una botella de agua de su mochila, la abrió y se la extendió – Toma un poco de agua esto hará que te calmes un poco de lo contrario no podré entenderte –

Tōru asintió y tomo la botella llevándola a su boca y bebiendo un poco de ella.
Su cabeza poco a poco iba aclarando sus ideas, sus pensamientos y entonces hasta allí se dio cuenta de la situacion que acababa de crear.

No tenía por que contarle sus problemas a Iwaizumi, el iba a burlarse de el, además el no tenía por que ayudarlo, siquiera lo ayudaría, eso lo tenía en claro.

– ¿Te sientes mejor?– preguto luego de unos segundos.

Tōru asintió y le entrego de nuevo la botella, luego paso a limpiarse las lágrimas que habían recorrido sus mejillas.

– Vamos, ya vamos tarde – trato de evadir el tema y desviar la atención de Hajime.

El moreno se dio cuenta que Oikawa no quería hablar y no iba a presionarlo así que aunque le preocupara pensó que cuando salieran de clases y entrenamiento hablaría con el y lo llevaría a distraer su cabeza .

– Está bien –

El más alto entre los dos se relajo sintiendo un alivio al no tener que dar explicaciones, quizás Iwaizumi ni queria saber de sus problemas, y eso estaba bien por que así no tendría que darle explicaciones de nada.

Ambos se dirigieron a Aoba e ingresaron cada quien a su respectivo salón de clases.

Iwaizumi estaba preocupado pero no podía vigilarlo gracias a que estaban separados.
Este frunciendo su entrecejo y sin gana alguna se dirigió a su salón de clases.

Oikawa estaba tan sumido en su cabeza que siquiera se dio cuenta cuando las clases empezaron.
Su mañana fue aburrida, el dormido en el salón y siendo regañado por alguno que otro profesor, o las mujeres elogiandolo por lo lindo que se veía con su uniforme.
Todo ello le importaba poco.

Pero tenían que ir al salón de música, vaya fastidio lo que le faltaba, siquiera estaba de ánimos. Al final caminaba hacia allá pero algo, o bueno, alguien le tiró del brazo metiéndolo a otro lugar.
Su boca fue de inmediato cubierta por unas manos asquerosas y sus ojos se abrieron enormemente al ver al sujeto que lo tomaba con tanta brusquedad.

– Oikawa, creo que no nos hemos visto mucho...– nombró el señor de unos 31 años.

Tōru negó y escupió la mano del mayor buscando que lo liberará.

No iba a a volver a acostarse con ese sujeto, no otra vez no quería volver a sentirse sucio.

– Oh vamos Oikawa, comportate, si no lo haces... Iwaizumi podría sufrir las consecuencias –

Sus ojos se abrieron más en sorpresa, ¿Por qué ahora lo amenazaban con hajime?.
Sus cejas se juntaron y su expresión mostró preocupación, hasta ese momento el señor le destapó la boca al otro y se limpio la mano sobre el uniforme del castaño.

– Así me gusta Tōru, eres un niño tan obediente – el sujeto tomo de las caderas al menor y acercó sus labios a los contrarios – Vamos a ser un poco silenciosos, no queremos que nos atrapen – la sonrisa divertida y descarada del señor de inmediato asquearon al castaño pero él no podía negarse el debía hacer lo que le indicarán así que cuando el maestro beso sus labios no se quejó u objeto siguiéndole el beso mientras sus ojos volvian a derramar lágrimas.

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Lo siento xd se que dije que no sería nada triste pero la verdad no iba a ser así :(
Nuevamente perdón por que aquí me pasó con el drama xd y pues... Se vienen cosas peores.

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora