Las estaciones con rapidez cambiaban, no había un día específico, tampoco habían pronósticos certeros que advirtieran si ese día sería cálido, frío, lluvioso o fresco.
El clima era tan impredecible.
Lo mismo sucedía cuando Keiji trataba de predecir que sucedeia en la cabeza de Koutarō.
Cada día era más dificultoso saber que pasaba por esa revoltosa cabeza.
Así que se dedicó a estudiarlo, descubriría esa especie de humano tan expresivo.
– ¡Akashi! –
Cuando le llamaba con tanta emoción era cuando Koutarō quería algo o tenía una nueva idea.
Necesitaba ver las facciones de su rostro para distinguir por completo que sucedía.
– ¿Quieres nadar conmigo?–
La enorme casa de los Bokutos estaba llena de lujos, no había nada que faltará en aquella enorme mansión.
Su jardín era amplio, quizás no gigante, o tampoco tenían el mejor estacionamiento, pero si algo podía presumir esa familia es que tenían el mejor lugar para organizar divertidas fiestas.
Su enorme piscina que tenía una estructura que imitaba a una cascada, y gozaba de dos toboganes la hacía divertida.
Además tenían un espacio para relajarse, un buen espacio con arena de playa que la madre de Koutarō tuvo que comprar para cumplir el capricho de su hijo de tener una playa en casa.
El jardín era pequeño, era el poco espacio que gozaba la señora para disfrutar con la señora Kurō presumiendo cada una sus flores exóticas.
Si bien el jardín era pequeño el espacio de "juegos" de Bokuto era enorme, la señora jamás se limitó en cumplirle los caprichos a su pequeño.
– ¿Aceptas? –
No tenía por qué negarse después de todo el alfa se había esforzado en terminar su trabajo para enviárselo a Iwaizumi.
Keiji asintió.
Aquello solo le dio luz verde a el búho mayor para causar un descontrol.
Cuando la madre de Koutarō no estaba el de cabellos bicolor hacia lo que le daba la gana.
Cometía desastres, hacia travesuras por simple curiosidad.
Keiji aún podía recordar la vez que la madre de Bokuto se retiró encargandole a su hijo que no fuese al jardín ese día.
El alfa intento tanto hacer caso pero en un descuido cuando Akashi lo dejo para ir por unos bocadillos Bokuto estaba en el jardín curioso de saber por qué su madre no lo quería allí.
Sin darse cuenta ese día pisó la flor nueva que acababa de comprar la señora.
Akashi se ganó un regaño al igual que Bokuto en aquella ocasión.
El Omega ahora procuraba mantener alejado del jardín a Bokuto.
El día era caluroso, el pronóstico de la noche anterior fue algo certero.
Keiji se había preparado en la noche elaborando helados junto a las mujeres que cocinaban para la familia.
Supuso que Koutarō si pasaba un día con calor le rogaría por un helado o por un baño lleno de cubos de hielo.
– Iré a cambiarme de ropa – aviso dirigiendose a la habitación, descuidando por un momento a Bokuto para que pudiera cambiarse también.
El alfa no se negó, emocionado asintió dirigiéndose a su habitación que parecía más la habitación para un niño de pre escolar.
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¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ!
FanfictionDigamos que ser un omega conlleva muchas desventajas a diferencia de un alfa o incluso un beta. Oikawa Tōru aprendió a valerse solo y a conseguir las cosas que quiere acambio de cosas que le eran pedidas. Su familia tampoco está del todo bien pero e...