Llamada desconocida.

667 68 6
                                    

Lucifer estaba aprendiendo rápido el arte de vestir a un bebé, por lo que se quedó un segundo más admirando su perfecta obra.

- Esta al revés. – Señalo el ángel, pasando por detrás de él.

- No es cierto. – Objeto, frunciendo el ceño, pero si era cierto.

Hoy no había motivos para salir, por lo que se volvía un día tediosamente largo encerrado con Satán, un bebé y Cas con su poca paciencia cuando se trataba del arcángel. Habían logrado llevar una convivencia pacífica, más que nada porque el nephilim no necesitaba presenciar discusiones.

La tarde calurosa no colaboraba con su encierro. Jack y Luci bostezaron al mismo tiempo, desparramados por la cama, intentando soportar el calor y el aburrimiento. El ángel les observó descansar por un rato, le costaría admitirlo, pero las tareas de cuidar un bebé eran más llevaderas con el arcángel cerca. Era una amenaza enminente, eso era seguro, y nunca dejaría de preocuparse por ello por muy bien que fueran las cosas. Sabía que un día, Lucifer simplemente tomaría al niño, y sin que pudiese hacer nada, se lo llevaría lejos.

Mientras eso pasaba, Castiel seguía leyendo noticias día a día, buscando algo peligroso en cada zona en la que se detenían. Si bien los rumores de Lucifer hacían mantener a la mayoría de las criaturas lejos, no faltarían el momento en que alguno se atreviera a enfrentarlos y descubriera cuan desprotegidos estaban.

Un celular sonó en la habitación, aparato que no recordaba tener desde que se deshizo de él luego de su huida con Jack. Buscó a su alrededor hasta descubrirlo en una bolsa del supermercado. Seguramente no sería de Lucifer, mucho menos suyo, ya que no lo reconocía. Sin embargo, el contacto "Dean" parecía estar llamando insistentemente.

Miró atrás, casi por instinto, al par de rubios que dormían, apenas molestados por el sonido del teléfono. Presionó el botón verde y se prometió tirar el aparato en cuanto esa llamada acabara.

- Hola, Castiel.

Era lo que más temía dentro de todas las posibilidades que se agolparon en su mente cuando leyó ese nombre, ese no era Dean. Pensó en cortar inmediatamente y no dejar tiempo al sujeto de continuar, pero necesitaba saber si alguien estaba detrás de ellos.

- Eres buenos llenando de símbolos los moteles para protegerte, ¿Eh? –

Solo se quedó en silencio, escuchando atentamente su voz, buscando relacionarla con algún ser que hubiese conocido antes, pero no.

- Lástima que no puedas proteger a los que están afuera. Sam y Dean te envían saludos. 

Our Son.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora