Otro mundo.

453 41 0
                                    

- ¡Nata! ¡Nata! ¡Nata! – Cantaba Jack, dando vueltas alrededor de Lucifer, quien cargaba a Nath en su portabebés.

- Tu hermano está dormido, Jacky. – Explicó el arcángel.

De repente, Jack se dejó caer sentado en el suelo, con el ceño fruncido en enojo.

- Yo qu'ero jugar. – Refunfuño.

Su definición de "jugar" era que Nath fuese sentado en su sillita, sobre el suelo, y él pudiese verlo mientras inventaba juegos. Contrario a lo que sus padres pensaban, no estaba en lo absoluto celoso de Nathan, más bien quería toda la atención del bebé. Lucifer se dedicó a preparar el biberón del más pequeño y Castiel fue a dedicar al niño.

- Cariño, podemos jugar tú y yo. – Propuso el ángel.

- No. – Sentenció el rubio, cruzándose de brazos.

Viniendo de un padre caprichoso como Satán, era difícil que Jacky no fuese un poco así. Distraerlo de su objetivo fue imposible y cada vez se ponía más de mal humor.

- ¡QUIERO NATA! – Gritó enfurecido.

Sus ojos brillaron en dorado y a mitad de la sala abrió con facilidad una brecha refulgente, un portal. Estaba tan enfadado que simplemente corrió hacía allí, desapareciendo en otro mundo.

- ¡Jack! – Llamó Cas, antes de atravesar el también aquella puerta dimensional.

- ¡Castiel! – Le siguió el arcángel, con Nath sujeto a su pecho.

Afortunadamente, Jacky no lograría huir muy lejos, el ángel lo atrapó antes de que se adentrará en el bosque y se lastimará con algo.

- Jack, no puedes correr así. – Reprendió al infante que comenzaba a lloriqueaar. – Papá no te dio permiso de irte.

- Eh... ¿Amor? – Llamó Lucifer, mirando hacia el lado opuesto.

Donde se supone que debería estar el portal, ya no estaba. Miraron a su alrededor., tierra seca, escases de árboles, una constante y ruidosa tormenta en los cielos. Conocían ese lugar. Era el mundo en que Satán fue atrapado la primera vez.

- ¡No de nuevo aquí! – Chilló Lucifer. – Odio este maldito lugar... - Lloriqueó.

¿Cómo iban a volver ahora? Jack por supuesto que no sabía cómo repetir su hazaña y Nath mucho menos. No tenían los materiales para ningún tipo de hechizo y tampoco conocían ninguno. Castiel suspiró, mirando a su alrededor.

- ¡Hey! – Llamó a su pareja, quien susurraba insultos por lo bajo. – Hay simbología contra ángeles allá.

Tenías que estar en la perspectiva de Castiel y poseer su visión sobre desarrollada, pero en uno de los arboles más alejados, habían un símbolo.

- Tiene que haber humanos por aquí.

- Estarán tan felices de vernos. – Ironizó Lucifer. - ¡Odio este mundo!

- Mantén la calma. – Dijo Cas, habiendo también tranquilizado a Jack en su abrazo. – Aprende de Nath.

Efectivamente, el bebé estaba dormido, en su cómoda posición del portabebés. Castiel comenzó a adentrarse hacia aquella señal y Lucifer lo siguió de mala gana.

- Si nos matan, procuraré decirte "Te lo dije" justo antes de morir. – Dijo el rubio. 

Our Son.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora