Our Son.

Trágica travesura.

Demasiados calurosos y soleados días habían pasado, tocaba el turno de las tormentas de verano. No se habían percatado de eso antes, pero Jack tenía terror a las tormentas eléctricas. Lucifer miraba en un pequeño espacio descubierto en la ventana, ya que habían cerrado todas para que la luz de los relámpagos tampoco asustará al menor. Pero el retumbar de la tormenta, hacia vibrar la casa entera en su furia. Y la falta de luz eléctrica solo ponía peor al nephilim.

Castiel trataba de calmar los sollozos del pequeño acurrucado en sus brazos, quien escondía su cara en la ropa del ángel, como si eso pudiera ocultarlo del gran monstruo en los cielos. El arcángel vio esa imagen y estuvo seguro de que sería un largo día.

- ¿Qué hacemos ahora? – Miró al morocho como si tuviese todas las soluciones en su mente.

- Esperar a que la tormenta pase o... - Observó a los grandes ojos azules del bebé. – morir si Jack estalla en angustia con todas sus fuerzas.

- Suena... como un plan genial. – Dijo sarcástico.

Por supuesto que no esperaban que la segunda hipótesis de Castiel se hiciera realidad. Como si supiera lo que hacía, Jack calló su llanto, elevó una pequeña mano hacia el cielo y la tormenta fue silenciada, bajo el dorado de sus ojos.

Castiel y Lucifer se miraron y luego observaron al infante. Jack aún sollozaba bajito, volviendo a su normalidad, y retornando a la necesidad de tener cerca a su ángel.

- Wow... - Luci volvió a asomarse afuera y repitió. - ¡WOW!

- ¿Qué? Por Dios, ¿Qué? – Suplicó saber el ángel.

- Esta silenciado.

Cas cargó a Jack y fueron hacia la ventana.

- No puede ser... - Dijo Castiel, viendo lo que su hijo había usado para calmarse.

La tormenta seguía allí, tal como había comenzado, furiosa y resonante. Podían ver las luces de los refucilos e inclusos rayos caer a lo lejos. Pero... no había sonido.

Es como si alguien hubiese enmudecido las nubes, y ese alguien, escondía su carita en el cuello de Cas para recibir sus mimos.

- ¿Cómo hizo eso? – Dijo Lucifer, sin poder quitar su mirada del cielo iluminado a ratos.

- No lo sé. – La sorpresa se convirtió en angustia en la voz del ángel. – Solo espero que Chuck no lo vea como algo malo.

No les quedó más que esperar al regreso de la electricidad y de la señal de televisión, para ver las noticias. Esperaban que este "accidente" se extendiera por el área, en el peor de los casos, por varios estados. En la más trágica de las circunstancias, el mundo entero tenía el cielo silenciado.

A decir verdad, no parecía un daño a nadie, pero obviamente estaba muy lejos de ser natural y eso podía ser a los que Chuck se refería con algo que le disgustara del nephilim. Además, no sabían que efecto causaría en las demás criaturas, muy probablemente atrayéndolas hacia el foco de caos en la tierra, Jack.

La televisión finalmente se sintonizó adecuadamente. El bebé dormía en brazos del ángel, mientras él y Lucifer estaban sentados lado a lado, pasando canales de noticias. Nadie parecía hablar del tema, ni siquiera en los programas de radio de la zona que luego escucharon.

Al parecer, el efecto estaba sobre su casa.

Lucifer miró al cielo, intentando despejarse poco a poco y luego observó a Jack intentando llegar a la ventana en su tambaleante sostén de piernitas de bebé.

- Tú si sabes asustarnos, ¿Eh? Solo procura hacer tus travesuras en casa. – Sonrió, y recibió una risita de respuesta.