Un año.

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Sería un pastel pequeño pero con mucho amor. Cas acabó con la parte más difícil, cortar el bizcochuelo justo en medio. Dejó el pedazo de arriba a un costado y colocó almíbar en ambos lados. El relleno era lo más simple, preparado previamente, solo lo esparció con la espátula.

Oyó llorar a Jack, por lo que dejó los utensilios y cargó con el bebé. Había caído de frente, en su intento de dar pasitos sin sostenerse del sofá. El ángel fingió curarle, aunque la herida desapareció sola en instantes. Besó su frente, pero Jack ahora quería quedarse en brazos. Se abrazó a Castiel y decidió que allí se quedaría.

El morocho miró el pastel, ¿Cómo iba a montar las dos partes con solo una mano?

- ¡Lucifer!

Esperó unos segundos y escuchó el descenso del arcángel por las escaleras.

- Ya puse la ropa a lavar, ¿Qué más quieres de mí? – Rezongó. – Estoy leyendo comics.

- Carga a Jack.

El bebé pataleó un poco, inconforme con la idea de cambiar de padre, pero terminó cediendo. Lucifer le preparó su biberón y se calmó por completo, pero seguía negado a bajarse, como si ahora temiera tocar el suelo.

Castiel, mientras, había logrado montar las dos partes perfectamente. Quitó los excedentes de rellenó, que Lucifer estaba degustando directo del recipiente que antes lo contenía. Entonces, estaba la parte más compleja, la decoración.

A decir verdad, la crema le había quedado muy consistente y logró conseguir el color amarillo que deseaba. Tomo la espátula e intentó recordar como lo hacía aquella chica del internet. Necesitaba mucha concentración o esto quedaría horrible.

- ¡Buh! – Le picó bajo sus costillas Satán, por poco causando que tirara el pastel.

- ¿Qué haces?

- Eso pregunto yo.

- Shh...

Volvió a su concentración. Ahora solo le quedaba quitar el excedente de arriba y fin. Pero el peso extra en su espalda le desconcentraba. Lucifer estaba apoyado sobre el lado derecho de la espalda del ángel, inclinado en una molesta posición. Al lado izquierdo, el bebé copiaba a su padre, apoyando su cabecita en el hombro de Castiel.

- ¿Qué hacen los dos ahora...?

- Estamos aburridos, Cas. – Se miraron entre los rubios, con mohines idénticos.

- Si me dan un minuto, el pastel estará listo. – Blanqueó los ojos el menor.

Terminó obligando a Luci a cambiar al pequeño, para que luciera lo mejor posible con la ropa que Cas le había comprado recientemente.

Por fin, acabó con el pastel. Le quitó el envoltorio a la vela recientemente comprada y la colocó con cuidado en el centro del pastel.

Un año.

Jack tenía un año y aún no se lo creía. Como las cosas pasaron, como llegaron hasta aquí y como el miedo de perderlo era tan fuerte al igual que aquella noche. Kelly debería estar allí, pero en cambio, estaba Lucifer.

Con sus manos bien sujetas a las de su padre, Jack daba pasitos en sus nuevas zapatillas. Llevaba jeans y una camisa lisa en color blanco. Castiel trato de peinar su cabello, marcando una línea divisoria; pero Lucifer acabó despeinándolo y creando su propio peinado en el bebé.

- ¿Ya podemos comer pastel? – Insistió Luci.

Como si entendiera aquellas palabras, Jack se balanceó emocionado en su sillita, aplaudiendo eufórico.

- No aún, - Acabó con sus ilusiones el morocho. – Primero tomaremos una fotografía.

Había comprado una cámara mucho antes, cuando Kelly aún estaba con vida, era pequeña pero funcional, no necesitaba demasiado. Tenía una pequeña colección de fotos bastante tiernas del bebé, y de las que se sentía orgulloso.

La dejó sobre un mueble, respondiendo a las preguntas de Lucifer de por qué hacían eso, mientras calculaba donde ponerla para que capturara a los tres en la fotografía. Tenía un temporizador de 10 segundos, y había aprendido como se usaba eso.

Pero primero, tomó varias fotos de Jack solo frente a su pastel. No creía que el bebé comprendiera realmente lo que pasaba y, sin embargo, parecía bastante feliz por todo.

Jack pasó a brazos de Lucifer, chupándose un dedo que había logrado colar en el pastel. Castiel activó la cámara y corrió hacia el otro extremó para encajar en la fotografía. No era la foto perfecta, tal como la imaginaba, pero resumía muy bien este intento de familia.

El bebé seguía con su manito en la boca mirando a cámara con confusión. Mientras, Lucifer alcanzó a robar un beso al ángel, y ser capturada por el dispositivo.

- ¡Feliz cumpleaños, Jack! – Gritó repentinamente el arcángel, logrando exaltar al bebé también.

Mientras, Castiel miraba con indignación a la sonrisa pícara del mayor. 

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