El fin. - Parte 2.

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La brecha se abrió nuevamente. Gabriel tenía su gracia goteando sobre el recipiente en la mesa, alimentando el hechizo lo suficiente para que lo atravesarán todos los refugiados. Trataban de apresurarse, viendo en el cielo como la barrera se resquebrajaba con cada nuevo ataque.

Jack lloraba estrepitosamente en brazos de Sam, quien ya no sabía cómo tranquilizarlo.

- ¿Cómo lo haces? – Interrogó el pelilargo, viendo a su hermano cargar con Nath, absolutamente tranquilo.

- Yo no sé, ya sabes que Nathan es raro.

- Ya casi están todos. – Informó Bob, recibiendo el asentimiento de los hermanos.

- Pues si Cas no aparece, Jack se va a poner peor. – Dijo Sammy.

Pero justo después de esas palabras, el nephilim guardo silencio, volviendo sus sollozos suaves. Apoyó su cabeza en el hombro de Sam, y miró a su hermano.

- Vamo'. – Dijo de repente.

- ¿Adónde, Jacky?

- Nata dice que papá necesita. – Explicó, pataleando para que el cazador lo bajara. – Ten'o ir.

Los Winchester se miraron. No era del todo extraño que dos ángeles se comunicaran, pero al parecer, Nath tenía más conciencia de la que aparentaba. Y Sam ya no podía hacer que Jack se quedará quieto.

- ¡Detenlo! – Exigió Dean, viendo cuan fácil Jack se libraba de su hermano.

- ¡Tiene más fuerza que yo!

Con su tambaleante correr de bebé, el rubio comenzó a dirigirse a aquellas latientes gracias que pertenecían a sus padres.

- ¡Papi! – Gritó a ver a Castiel corriendo hacia él.

El ángel lo alzó en brazos y no tuvo tiempo de pensar porque su hijo estaba a mitad de un bosque en medio de una batalla muy peligrosa. Entonces, Michael apareció frente a ellos y, Cas cayó al suelo junto al bebé.

- Mira eso. – Sonrió el arcángel. – El pequeño Jack esta tan desesperado por quedarse con el tío Mike.

- Aléjate de ellos. – Entró en escena Lucifer, con el rostro ensangrentado y la ropa rasgada.

Michael paralizó a Castiel contra el suelo y de un movimiento rápido le quitó a Jack. En cuanto se vio en brazos desconocidos, y sintiendo la desesperación de sus padres, el nephilim retomó su llanto. Lo que parecía un gesto infantil, se convirtió en un chillido insoportable a oídos de los ángeles de todo este mundo, haciendo que Michael le dejará de vuelta en el suelo y retrocediera.

A pesar de que sus oídos sangraban, Cas tomó a Jack de vuelta y buscó el resguardo detrás de su pareja. Lucifer estaba paralizado, pero no por lo que pasaba allí, sino por aquel pequeño vibrar que parecía aproximarse. Michael también lo sintió.

Por un segundo pensaron que era Jack, pero el parecía bastante normal ahora. El temblor de la tierra se intensifico. Grietas comenzaron a dividir la tierra y tirar árboles. Lucifer vio su oportunidad, tomó la mano de Castiel y corrieron hacia el portal.

Sam, Dean, Gabriel y Nathan estaban a pasos de su puerta de escape. Entonces lo notaron, los ojos de Nath miraban hacia ellos, pero en un blanco absolutamente espeluznante. Él estaba causando todo esto.

- ¡Vámonos! – Ordenó Satán.

- ¿Tan pronto? – Interrumpió Michael. – Aun no hemos terminado.

Ante la amenaza, la tierra se sacudió con más fuerza. El terreno se separó entre Michael y los demás, dando vida a un rio de lava. Este mundo apocalíptico estaba finalmente muriendo.

Sam y Dean cruzaron, con Nathan en brazos. Castiel fue el siguiente, con Jack bien sujeto. Lucifer tuvo que ayudar a Gabriel a pasar, dado su agotada gracia. Pero todos llegaron de vuelta.

La dorada línea titilante se desvaneció poco a poco y lo último que vino desde el otro lado, fue el rugido de la tierra en su agonía final. 

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