Compras... de nuevo.

512 53 7
                                    

A Lucifer le gustaba dormir, su tiempo de humano le había demostrado el placer de ello. Por lo que, aprovechaba las siestas que Jack tomaba para dormir un rato también. A veces obligaba a Castiel a acurrucarse con él, y otras se resignaba a la soledad de la cama o el sofá.

Jack lo observó en cuanto Cas le dejó en el suelo. Chupón en boca, se levantó del suelo y camino hasta su padre. No podía subir con su padre encima, pero entonces, notó su brazo colgando. Era algo que usualmente Lucifer hacia cuando dormía boca abajo, dejando que su mano rozará el suelo.

El nephilim tuvo una idea excelente de como despertar a su padre. Tiró de su brazo. Bufó cuando eso no causo nada más que quitar arrugas a la camiseta que llevaba. Tuvo que usar métodos menos convencionales, sujeto la ropa de su padre, dio un par de pasitos atrás y tiró de Lucifer con su fuerza sobre humana.

El suelo no era un buen despertar, en especial cuando te estampas contra él como un insecto en un parabrisas. Satán se quejó, en algo así como un gemido bajito.

- ¡PAPÁ! – Gritó Jack, mientras se sentaba sobre la espalda de su padre.

- Déjame vivir... - Suplicó el arcángel.

- Prometiste que iríamos de compras. – Dijo Castiel desde la cocina. – Jack solo quiere que te apresures.

- Que excelente manera de pedir por favor. – Rezongó.

Tenían que ir de compras pronto, ordenó Cas, porque necesitaban muchas cosas para irse de vacaciones. Iba a hacer mucho frio y el ángel no iba a permitir que su adorado niño se enfermará.

- ¿Cuantas veces tengo que decir que es físicamente imposible? – Insistió Lucifer.

- ¿Cuántas veces tengo que repetirte que no me importa que pienses? – Desafió el ángel. – Además, Jacky crece rápido, necesita más ropa.

- Eres tan dulce a veces. – Ironizó.

- Puedes pasar por la sección de chocolates si te portas bien.

Bueno. Ese era un buen trato.

El supermercado estaba tan llenó como imaginaba, y siempre lo veía un poco más grande y poblado que la vez anterior. Era impresionante cuantas cosas nuevas podían vender en tan poco tiempo. Llevaban dos carros esta vez, para Lucifer era demasiado... No imaginó que después tendría que llevar parte de las compras él porque no cabían.

Castiel era muy previsor, y ya que había rebajas, parecía que estaba comprando para los siguientes dieciocho años de Jack.

- ¿No crees que es suficiente?

- No, también necesitamos zapatos. No tiene botitas de nieve. – Dijo en tono de súplica, como si eso fuese un pecado gravísimo y una tragedia.

- ¡Dios nos libre de no tener botitas de nieve! – Exclamó Lucifer, burlándose de aquello.

En estos momentos, Lucifer necesitaba un cómplice para huir juntos a hacer algo divertido. Pero, en cambio, su "malvado" hijo se la pasaba feliz, sentado en el carro, enterrado en toda aquella ropa que Castiel iba dejando encima de él.

Llegaron a la sección de adultos sin darse cuenta, mientras Lucifer veía a la gente pasar, con su mente en blanco puro.

- ¿Te gusta? – Llamó su atención el ángel.

Sostenía enfrente de él una camiseta negra, con un pequeñísimo estampado de una mano haciendo el símbolo favorito del rock, delineada en blanco. No solía usar estampados o dibujos, pero esa le gusto. Satán asintió, y la camiseta se sumó a toda aquella ropa sobre la que Jack jugaba.

- Yo quiero esta. – Dijo Castiel, en un intento de seriedad que denotaba su burla implícita, mostrándole su favorita.

"Not today Satan" decía en blanco, sobre un fondo negro. Lucifer hizo muy mala cara a la risita burlona que escapó del ángel luego de dejar esa camiseta en el carro. 

Our Son.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora